"Necesitamos coger una racha para subir en la clasificación", aseguran muchos mallorquinistas. "Sí, claro. Pero ¿cuándo?", responden otros. Por mucha ambición que destile Fernando Vázquez en su comparecencia ante los medios, el Mallorca lleva dieciséis jornadas sin despegar. La derrota en Elche (1-0) puso fin a la dinámica que llevaba el equipo de cinco partidos sin perder -solo dos de ellos fueron victorias-, que apenas sirvió para acercarse a la media tabla. Los bermellones se están mostrando incapaces de ganar dos o más partidos seguidos, algo que serviría para asomar la cabeza en la parte noble de una apretadísima clasificación y alimentaría las ilusiones de una afición frustrada desde hace demasiado tiempo. Y esta es la raíz del problema porque, aunque en algún momento haya luces para la esperanza, el preparador y los jugadores no dan con la tecla.
El discurso que repite semanalmente el técnico del Mallorca de que el equipo está capacitado para luchar por regresar a Primera División pierde fuerza cuando sus pupilos no muestran aptitud para ello. Eso sí, el Mallorca no es el único de la Liga, por mucho que no sea un consuelo, que no puede acumular seis puntos en dos partidos. Precisamente el Elche, verdugo el domingo de los baleares, Zaragoza, Alcorcón, Almería, Numancia, Rayo Vallecano y Mirandés comparten esta pésima estadística.
Los baleares basan su fortaleza en el Iberostar Estadio, aunque solo ha vencido tres de sus ocho encuentros. Cuatro empates y una sola derrota -ante el Reus en el estreno- han mantenido vivo al Mallorca, porque su rendimiento cuando cogen un avión baja de forma alarmante. De hecho, más allá de que el juego sea mucho peor que en casa, los resultados tampoco acompañan. Ya son demasiadas oportunidades desperdiciadas en poco más de tres meses de competición. El primer triunfo llegó ante el Girona en la cuarta jornada (1-0), pero en su viaje a Tenerife en el siguiente choque tuvo que dar las gracias por no perder (0-0). Después de vencer al Huesca en Son Moix (3-0), compitió ante el líder, pero acabó cayendo frente al Levante (2-1). Quizá la mayor oportunidad se le presentó tras superar al Alcorcón (1-0), ya que visitaba al colista Nàstic de Tarragona, que todavía no había ganado ningún duelo. Pero se tuvo que conformar con un empate que llegó en el tramo final (2-2).
Y la última ocasión en la que pudo haber encadenado dos triunfos, también se quedó con las ganas. El Mallorca venció en Córdoba (0-2), la única gran alegría como visitante del curso, por lo que todo apuntaba a que era más factible conseguir la segunda en casa. Pero el Sevilla Atlético lo impidió (2-2).
Precisamente el filial del club hispalense es el que ha conseguido una mayor racha de triunfos consecutivos, con cuatro, en lo que se lleva de Liga. Eso le valió para catapultarse en los puestos altos, en los que sigue. Pero el ejemplo más claro de que unos cuantos éxitos seguidos cambian absolutamente el panorama lo representan el Getafe y el Tenerife. Ambos conjuntos hace escasas jornadas estaban en puestos de descenso y, después de vencer en los dos últimos partidos, se han colocado en la quinta y novena posición, respectivamente.
Eso sí, lo importante es encontrar una regularidad porque también se puede dar el caso contrario. El Lugo, que se ha pasado el primer tercio del curso entre las cuatro primeras posiciones, ayudado por tres victorias seguidas, está cayendo en barrena y ahora ya ocupa la décima posición. Hay margen de sobra para reaccionar, pero mejor que esta mediocridad se acabe lo antes posible.
