Un tanto y cuatro asistencias de gol para un futbolista que no es delantero nato en 683 minutos de juego, repartidos en once encuentros. No es un mal balance, sobre todo para un equipo con problemas ofensivos, pero Thierry Moutinho es permanentemente discutido por parte de la afición, que no le perdona su irregularidad y a ratos su indolencia. Fernando Vázquez muestra su gran confianza en su juego, aunque el jugador es uno de los más criticados desde el principio de curso. Y eso que es uno de los mayores pasadores de Segunda División.
La diana del pasado viernes ante el Córdoba, que abrió el marcador en el primer triunfo del Mallorca como visitante (0-2), le concedió el protagonismo que tanto deseaba el propio suizo-portugués y, por supuesto, Vázquez. El técnico es el principal valedor del extremo, que desde la concentración de pretemporada en Sittard (Holanda) adelantó en el orden de preferencias del gallego a Salomao y Pol Roigé. Casi cinco meses después, las cosas no han cambiado, aunque ninguno de los once partidos que ha jugado ha sido completo. El preparador considera que tiene talento digno de Primera División y aplaude su calidad con el balón en los pies, sobre todo a balón parado. A excepción del duelo ante el Alcorcón, en el que se quedó fuera de la lista, siempre ha estado entre los convocados.
Sin ir más lejos, en las últimas tres jornadas ha tenido una especial importancia en algunos de los goles del Mallorca. En Tarragona fue el que envió un sensacional balón en el corazón del área, a solo cuatro minutos del final, para que Brandon metiera la cabeza y salvara un punto para los bermellones (2-2). Sin embargo, su nombre estuvo en boca de todos, aunque fuera indirectamente, en el partido ante el Zaragoza. Cuando Vázquez decidió sustituir a Lago Junior, que estaba siendo el más destacado de los bermellones, para dar entrada a Lekic, los seguidores estallaron contra el técnico porque no entendían esa decisión. Moutinho estaba cuajando una mala actuación, desaparecido en ataque y sin ninguna influencia en el juego. Muchos de ellos consideraban que el ex del Albacete tenía que ser el sacrificado, por lo que el entrenador se llevó una de las pitadas más grandes que se recuerdan en los últimos tiempos en el Iberostar Estadio. "Vázquez vete ya", llegó a oír en repetidas ocasiones. Pero la jugada le salió bien al de Castrofeito porque fue Moutinho, en el minuto setenta y cinco, el que envió un fantástico balón directo a la cabeza de Lekic, que giró el cuello lo suficiente para marcar y evitar la derrota (2-2). En Córdoba volvió a ser titular y cumplió con creces porque marcó un buen gol, superando en el uno contra uno al portero, al aprovecharse de un gran pase de Brandon. Y eso que hasta ese momento no estaba nada acertado en sus intervenciones.
Moutinho, que estuvo cedido medio curso la pasada campaña en el Tenerife, tiene ahora una gran oportunidad para dejar de tener tantos detractores, que le exigen que cree más peligro, ya sea en la banda izquierda, su puesto natural, o como segundo punta. Da la impresión de que podría dar más, por mucha fe que le tenga Vázquez. El Mallorca le necesita porque no va sobrado, más allá de la irrupción de Brandon, de rendimiento en ataque. Es el futbolista incomprendido.
