­Jesús Cabrero ha ofrecido buenos argumentos a Fernando Vázquez para que se plantee un cambio de criterio en lo referente al portero titular. El más contundente se lo brindó ayer, cuando detuvo un penalti a David Rodríguez a veinte minutos del final evitando así una probable derrota ante el Alcorcón. El guardameta adivinó la intención del delantero del conjunto madrileño, interceptó el esférico y regaló una semana de tranquilidad a su entrenador, cuya continuidad en el banquillo habría sido casi imposible en caso de derrota.

La reaparición de Roberto Santamaría se está alargando más de la cuenta. Esta semana parecía destinado a recibir el alta médica, pero en la previa del encuentro persistieron sus molestias musculares y Vázquez no quiso forzar la máquina. Dejó fuera de la lista al navarro y mantuvo en el once a un Cabrero que completó su partido más decisivo.

Así que el triunfo tiene dos padres: Lago, autor del gol que puso el definitivo 1-0; y el guardameta, que cinco minutos antes mantuvo con vida al Mallorca. Y ahora a Vázquez se le plantea un dilema. ¿Devolverá la portería a Santamaría o mantendrá a Cabrero en la visita del grupo bermellón al feudo del Nàstic?

El navarro tuvo que parar por una lesión hace cuatro jornadas, poco antes de visitar al Lugo. En aquel momento cedió la meta a Cabrero siendo el cancerbero menos goleado de la Segunda División, con solo tres tantos encajados -uno de ellos de penalti-.

Cabrero ha encajado cinco tantos -pasó una mala tarde en Lugo-, pero se recuerdan varias ocasiones en las que ha sacado una mano o un pie que han mantenido a flote al Mallorca.

Santamaría recibirá previsiblemente el alta en los próximos días, por lo que Vázquez tendrá que volver a elegir quién será el dueño de la portería a medio o largo plazo. En verano confió en el navarro, que respondió con partidos notables en el inicio de la temporada. Es un momento clave para un Cabrero que ya tuvo que vivir la pasada temporada desde el banquillo.