Los futbolistas enviaron el domingo a Fernando Vázquez un balón de oxígeno en forma de victoria. Perder contra el Huesca -incluso empatar- habría dejado en una situación casi imposible al técnico bermellón, que afronta su semana más tranquila desde que empezó esta enrevesada temporada. Respira el gallego, aunque su situación seguirá siendo comprometida mientras el Mallorca no encadene unas cuantas victorias que le catapulte hasta las primeras plazas de la clasificación.

"Noto la confianza del club y no tengo ninguna señal negativa, aunque evidentemente no tengo ningún termómetro para marcar el nivel. Llevo muchos años en esto y estoy aquí para ganar partidos, así que si no lo hago no estaré", admitió el preparador bermellón en la previa del encuentro. Entonces su equipo solo contabilizaba una victoria en ocho partidos y ocupaba puestos de descenso.

La derrota en Lugo por 3-1 fue una sonora bofetada para Vázquez que a punto estuvo de noquearle. Las horas siguientes al encuentro estuvieron sembradas de dudas y especulaciones sobre la continuidad de un técnico que la pasada temporada solo pudo ofrecer una permanencia agónica y este curso no parece capaz de hacer despegar al equipo.

El respaldo de los futbolistas fue clave para que el técnico se sentara en el banquillo en el partido contra el Huesca. Primero le apoyaron en una cumbre que los capitanes celebraron con Maheta Molango el pasado lunes. Esa confianza volvió a hacerse patente un día después en una reunión que mantuvo la plantilla en el vestuario sin la presencia del preparador mallorquinista.

Sin embargo, los futbolistas no podrán sostener mucho tiempo a Vázquez si no hay una verdadera reacción en el terreno de juego. Molango ha expresado siempre públicamente su respaldo al entrenador, incluso en los momentos más delicados, pero no le temblará el pulso si el Mallorca vuelve a meterse en un bache que le devuelva al descenso. Durante el mercado de verano el club hizo una inversión importante para confeccionar una plantilla a medida del entrenador y se exigen resultados.

Al gallego le persigue el pasado. Su llegada al banquillo en enero debía haber supuesto un revulsivo para la segunda vuelta, pero el equipo acentuó su caída libre y bordeó el descenso a Segunda B. Pese a todo, Molango decidió respetar su contrato y confió en que las cosas irían mejor empezando de cero.

El triunfo contra un Huesca mermado por las bajas debería suponer un punto de inflexión. El Mallorca recuperó su mejor nivel, aquel que ofreció en las tres primeras jornadas de Liga, y encontró el camino del gol gracias a la inspiración del mejor Brandon. Los bermellones ofrecieron buenos argumentos, pero harán falta más partidos para certificar la mejoría. Conquistar un triunfo el próximo sábado en el campo del líder Levante dispararía el optimismo y las expectativas.

Ni siquiera en sus horas más bajas como entrenador del Mallorca Fernando Vázquez ha rebajado su nivel de ambición. Apunta al ascenso a primera y por ahora se niega a "bajarse del carro", como subrayó después de ganar a los oscenses.

Un punto de partida

Los problemas para marcar estaban asfixiando a los rojillos hasta que llegó el conjunto de Anquela a Son Moix. Brandon restó mucha presión al equipo con los tres goles que se sacó de la chistera, y Vázquez espera que sea un punto de partida de cara a las próximas jornadas.

En todo caso, el técnico bermellón sabe que en el club no sobran ni la paciencia ni la confianza hacia su trabajo. Los resultados dirán dónde estará dentro de unas semanas, por mucho que de momento se esfuerce por mantener viva la llama del ascenso.