No fueron más de diez minutos, pero sobraron para que la plantilla del Mallorca alzara la voz, con el vestuario cerrado a cal y canto, para hablar acerca de lo que debían hacer para reaccionar de una vez. Fernando Vázquez estaba informado de que se producía la reunión, pero no estuvo. No se dijo nada que el entrenador no pudiera oír, pero los futbolistas prefirieron hablar sin condicionantes de ninguna clase. Y lo hicieron.

"Tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos, podemos hacerlo mucho mejor", fueron algunas de las frases autocríticas que se pronunciaron en Son Bibiloni. Por mucho que suene a tópico, los futbolistas apoyan al técnico gallego ya que incluso los que menos juegan no se manifiestan abiertamente en su contra, ni siquiera en privado. Vázquez es consciente de ello y lo agradece, pero tiene claro que en el fútbol mandan los resultados. En el encuentro hablaron todos, no es que se produjera un discurso de los capitanes y el resto fueran simples oyentes. Intervinieron muchas voces enfocadas hacia un único mensaje transformado en una arenga colectiva de automotivación.

Esta reunión se produjo después del entrenamiento, justo antes de ducharse. Ya se habían ejercitado en el gimnasio y después sobre el césped durante aproximadamente una hora y media en una sesión en la que el preparador ordenó muchos ejercicios de remate a portería. Es evidente que la falta de definición está amargando este inicio de temporada, en el que el Mallorca apenas ha ganado un partido de ocho, un balance desolador y que contrasta con el buen juego que se había practicado hasta hace tres jornadas, por lo que la involución es un hecho. Los bermellones están en puestos de descenso y son conscientes de que el duelo de este domingo ante el Huesca, a partir de las 18 horas en el Iberostar Estadio, debe marcar un punto de inflexión. Todo lo que no sea ganar destaparía la caja de los truenos sobre el Mallorca y, sobre todo, sobre la figura del entrenador.

Vázquez dirigió ayer la sesión con Lekic, que trabajó con el grupo al mismo ritmo que sus compañeros después de llevar un mes de baja. No obstante, habrá que esperar unas semanas para que coja el tono físico. Campabadal no se ejercitó por molestias, mientras que Yuste y Moutinho se quedaron en el gimnasio. Raíllo y Santamaría tienen muy difícil jugar ante el Huesca por lesión.