Fernando Vázquez tiene toda la semana por delante para cambiar el rumbo del Mallorca. No es que no le vaya a quedar más tiempo, pero es mejor no pensar lo que supondría un tropiezo ante el Huesca en el Iberostar Estadio el domingo a las 18 horasel domingo a las 18 horas. Los números le dejan en evidencia ya que siete puntos de veinticuatro es un balance desolador para un equipo, y también un técnico, con aspiraciones.
No hacía ni veinte minutos que había perdido ante el Lugo (3-1) y ya deslizó que se plantea modificar algunos detalles en el juego de su equipo con la intención de que lleguen las victorias. "Sé que tengo que ganar, eso lo tengo claro", dijo ante los periodistas en la pequeña sala del Anxo Carro.
El entrenador de los bermellones fue ambiguo en su discurso, pero después de haber sumado un solo triunfo en ocho jornadas y haber regresado, por méritos propios, a los puestos de descenso, está obligado a darle más vueltas a la cabeza porque está claro que el sistema actual no funciona. "Al fútbol se puede jugar de muchas maneras, de muchas formas. Le di unos partidos al equipo y en vista de la situación, pues reflexionaremos esta semana si vamos a cambiar el modelo de planteamiento de los partidos", explicó.
Eso sí, se apresuró a dejar claro que sus palabras no se referían tanto a cambiar la formación o el sistema táctico empleado. "Me refiero al hecho de cómo enfrenta el equipo los partidos, no tiene nada que ver con el dibujo, sino con si hay que salir a dominar, a tener la pelota, o si es mejor estar a la espera, ser más conservador", comentó sin dar más pistas.
Entre esas palabras se deduce un mensaje claro. Hasta ahora el Mallorca, con poca fortuna en los resultados, ha sido el dueño del balón en la mayoría de encuentros, a excepción del duelo en Tenerife (0-0) y Lugo (3-1). El UCAM Murcia (0-0) y el Girona (1-0), ambos en Son Moix, se lo llegó a discutir, pero solo a ratos. Frente al Cádiz (0-0), Oviedo (0-0) o incluso Rayo Vallecano, a pesar de la derrota (1-0), los baleares fueron elogiados por su idea de juego, con personalidad en el centro del campo y con capacidad para generar peligro, aunque la alarmante falta de puntería les dejó sin el merecido premio.
Respaldados por un sistema defensivo fiable, daba la impresión de que el equipo debía ir a más. De hecho, sigue siendo uno de los equipos con más pases y más disparos a puerta del campeonato, aunque eso luego no se plasme en alegrías. Sin embargo, está sucediendo justo lo contrario y la descomposición es clara.
La involución en el juego es tan evidente que hasta la zaga falla, tal y como se demostró en Lugo, cuando encajó tres goles, la misma cifra que en los siete partidos anteriores. De ahí que Vázquez se esté planteando dejar deliberadamente el dominio al adversario para intentar hacer más daño de otra manera. ¿Cómo? Pues exponiéndose menos y tratando de tener más consistencia en el centro del campo y sorprender al adversario con la velocidad de las bandas, con un juego menos combinativo que el actual. Es una idea por la que ya apostó la temporada pasada, cuando cogió al equipo en la segunda vuelta, y que no le dio demasiado éxito porque la salvación no llegó hasta el dramático último partido en Valladolid.
El mayor problema de este nefasto inicio de curso reside en la definición ya que apenas ha marcado tres goles, por lo que está por ver si ser más conservadores, arriesgar menos, se traduce en mejores resultados porque lo que es seguro es que los protagonistas serán los mismos. Y la definición ante los porteros ya no depende de Vázquez, por mucho que todos los focos le apunten a él.
