­El Barcelona B, líder del grupo III, demostró ayer en Son Bibiloni el porqué de su privilegiada posición. Y su contrincante, el Mallorca B, también mostró el porqué se encuentra tan abajo en la clasificación. Pese a jugar por momentos muy bien, volvió a conceder errores y opciones a su rival. La diferencia es que esta vez el contrincante era un equipo plagado de talento y que de medio campo hacia delante destila pólvora y peligro. Y no perdonaron para desgracia de un Mallorca B que se topó con un colegiado, Pinto Herrera, que se encargó de allanar un poco más el camino a los de Gerard López con la caprichosa expulsión de James Davis, cuando el partido aún no había llegado al minuto 40.

Con todo, el arranque del filial rojillo fue sencillamente espléndido. Con el balón en sus pies y controlando a su antojo la zona medular, el equipo de Javier Olaizola se movía como una máquina perfectamente engrasada que no daba opción al líder. Y es que la verticalidad de Ángel Fernández y la versatilidad que mostraba el juvenil Alberto López desconcertaban a un Barcelona B que sufría mucho ante el monólogo rojillo. El premio al buen juego local llegó pronto. Un robo de balón a Carbonell por parte del capitán rojillo, Tià Sastre, desembocó en un preciso pase de la muerte del vilafranquer que el atacante Alberto supo ejecutar con suspense al fondo de las mallas.

El tanto despertó del letargo al filial blaugrana. Y esa fue la peor noticia para los rojillos. De medio campo hacia delante, el equipo de Gerard López es de otra categoría. Y lo demostró quitándole el esférico al once local, monopolizando el balón y también el partido. El Mallorca B no sabía qué hacer para quitarse el dominio visitante. Palencia, Aleñà -hijo del que fue jugador del Mallorca en la década de los ochenta-, Nili y Mújica tuvieron sus opciones para colocar las tablas en el marcador. En el minuto 38 llegó la jugada clave del partido. El colegiado canario Pinto Herrera -horroroso en la primera parte- penalizó muy severamente a James una falta sin más sobre Carbonell. Bastaba la amonestación verbal, pero el trencilla fue a saco: segunda tarjeta y el filial rojillo que remó en inferioridad numérica durante todo lo que le quedó de partido. Eso sí, para redondear el desaguisado llegó justo al filo del intermedio el gol del empate azulgrana, con un disparo cruzado y con fuerza de Alfaro, solo y libre de marca por su costado izquierdo.

Remontada del Barça

Tras el paso por vestuarios, el Barcelona B enseguida marcó con un gol de Aleñà, que de disparo desde fuera del área sorprendió a Jaume Valens. Con 1 a 2 en contra, en inferioridad numérica y con un rival tocando y tocando el esférico con precisión, el panorama se presentaba dantesco para el filial rojillo. Juanjo además, tenía que retirase lesionado, dejando la banda derecha coja hasta que Joan Sastre ocupó el hueco dejado por el exblanquiazul. Antes pudo sentenciar el líder con un doble lanzamiento de Aleñà que primero se estrelló en el palo derecho y luego Valens rechazó un paradón antológico. Y aquí se pasó del 1 a 3 al 2-2 en cuestión de nada.

Una magnífica acción de Ángel Sánchez por banda izquierda, destrozando la cintura de su par, Carbonell, acabó primero con el disparo del propio Ángel, que rechazó como pudo Suárez; el balón lo recogió Tià Sastre que, de preciso latigazo, marcó. Con el empate a dos parecía que el Mallorca B incluso podía discutirle el triunfo a los visitantes, pero no fue así. Un latigazo al contragolpe por el recién entrado Alberto Perea puso el definitivo 2-3 en el marcador.