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La crónica

Un punto de más

El Mallorca saca un milagroso empate del Heliodoro en un partido en el que fue muy inferior a un buen Tenerife

El fútbol es maravilloso por noches como la de ayer. El Mallorca vivió una auténtica tortura durante noventa y cuatro minutos de un encuentro que podría haberse llevado si Brandon, casi en el noventa y cinco, hubiera estado acertado en el mano a mano con el portero Dani Hernández. Este punto, inmerecido a todas luces, es para celebrarse porque la superioridad del Tenerife fue enorme, casi humillante en la primera mitad, pero lo mejor es que los bermellones resistieron. Este fue el típico encuentro que la pasada campaña se hubiera perdido siempre, pero este Mallorca tiene algo diferente. Y si en los duelos ante el Reus (0-1), que perdió en el último minuto 9o, y en Vallecas, donde fue mejor que el Rayo (1-0), no se tendría que haber quedado sin nada, ayer este deporte se lo devolvió con creces.

Es cierto que fue un mal partido de los baleares, sobre todo a nivel ofensivo, pero aunque ayer los de Pep Lluís Martí dispusieron de ocasiones de todos los colores, hay que darle valor a que vuelve a dejar la portería a cero. Santamaría estuvo magistral y Yuste y Raíllo se tuvieron que multiplicar ante un adversario que llegó a sonrojar al Mallorca. Este empate, además, sirve para salir de los puestos de descensosalir de los puestos de descenso, por mucho que sea una anécdota. Muchos mallorquinistas hubieran firmado el pasado domingo justo antes de medirse al Girona, que su equipo tuviera ahora cuatro puntos más. Y más allá de que el juego fue malo, o nefasto, los de Vázquez se han ganado credibilidad. La mejor noticia sería redondear la semana ante el UCAM Murcia para alimentar las esperanzas.

La primera parte fue un espanto del Mallorca. Del primer minuto al último. Por eso la suerte fue irse al descanso con empate, aunque los locales se tuvieran que frotar los ojos para ver que todavía no estaban ganando. Decía Vázquez en la previa que habría una pugna por el balón entre ambos equipos. Pues la discusión se acabó rápido porque el Tenerife era el dueño, con un ritmo muy alto de juego y ocasiones, aunque con el punto de mira desviado. Y eso es lo que le salvó. Porque con la velocidad de Amath y Suso Santana en las bandas, más los desmarques en ruptura de Lozano, la defensa rojilla vivió una pesadilla. En un error de Yuste, uno de los pocos desde que ha empezado la Liga, al intentar jugar el balón, el propio Lozano le envió el balón a Amath y obligó a Santamaría a lucirse. Este mismo futbolista, que la pasada temporada jugaba en el filial del Atlético de Madrid en Tercera División, dispuso de otra ocasión con una volea que se marchó fuera.

Los canarios avasallaban al Mallorca, que estaba absolutamente desconocido. Nada que ver con la personalidad, más allá de los resultados, mostrada en los encuentros ante el Cádiz, Oviedo o Rayo Vallecano. Juan Rodríguez y Juan Domínguez eran constantemente superados, Culio estaba desaparecido y la defensa estaba lejos de mostrarse con la seguridad de otros encuentros. Solo un tímido disparo de Campabadal fue el único acercamiento real de los de Vázquez, desquiciado desde el banquillo. La tortura continuó con un tiro de Aitor Sanz, que también se fue fuera y un remate con la mano de Lozano, que el árbitro no vio, tras un córner, que rozó el palo. Las sensaciones no podían ser peores, por lo que en la reanudación el Mallorca estaba obligado a ofrecer otra cara. Pero nada más lejos de la realidad. Ni mucho menos.

El Tenerife siguió mandando con el balón, aunque es cierto que cada vez con menos peligro. La lesión de Juan Rodríguez dio entrada a Damià, que dio aire a los suyos. El Tenerife bajó el nivel y el Mallorca, aunque esporádicamente, fue apareciendo a nivel ofensivo. Brandon, que luchó contra el mundo, probó fortuna con un buen disparo que despejó Dani Hernández. Pero los chicharreros seguían percutiendo. Yuste salvó bajo los palos un balón que entraba y Lozano, con un cabezazo, intentó sorprender a Santamaría.

Vázquez introdujo a Ansotegi y apostó por una defensa de cinco que dio más solidez en unos minutos finales que podrían haber sido gloriosos para el Mallorca. Caprichos del fútbol, Brandon se plantó ante el portero y tras sortearle no pudo rematar en condiciones. El de Cala d'Or, que tuvo los tres puntos en sus botas, no se lo podía creer. No obstante, visto lo visto, mejor dar gracias por este empate que sabe bien. Es todo un premio a haber resistido una tortura. Pero que no se repita.

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