La defensa sostiene al peor Mallorca de cara a puerta de las últimas temporadas. El equipo de Fernando Vázquez suple su evidente falta de gol -dos en cinco partidos y uno de ellos en propia puerta, el que dio la victoria el domingo ante el Girona- con una gran solvencia defensiva y un centro del campo consistente en el que Culio lleva la batuta de manera magistral. Gracias a esta firmeza atrás el Mallorca empieza a levantar el vuelo y confía en escalar posiciones en las próximas jornadas, con la mirada puesta en el partido del jueves en Tenerife y el del domingo en Palma frente al recién ascendido UCAM Murcia.

A diferencia de otras temporadas, desde el regreso del equipo a Segunda, el equipo demuestra que sabe competir. Además, jugando bien. Los centrales Yuste y Raíllo pasan por ser una de las duplas más interesantes de la categoría y artífices de que el equipo solo haya encajado tres goles en este inicio de campeonato. Santamaría, guardameta fichado esta temporada procedente de la Ponferradina, figura en la lista de los porteros menos goleados, con tres, junto a Edgar, Becerra y Juan Carlos. Y no porque haya sido exigido por los rivales, sino porque la defensa consigue que sus contrincantes generen pocas ocasiones de gol.

El equipo ha merecido mucho más de los cinco puntos que presenta en su casillero. Ha sido mejor que la mayoría que todos sus rivales y se ha llevado el aplauso de varios de los entrenadores a los que se ha enfrentado, como Álvaro Cervera (Cádiz), Fernando Hierro (Oviedo) y Sandoval (Rayo). Solo la falta de puntería, que fue una vez más evidente ante el Girona, con un par o tres de claras ocasiones desperdiciadas, ha impedido que el equipo cuente con algún punto más.

El triángulo Juan Rodríguez, Culio y Juan Domínguez ha cambiado la cara del equipo de forma radical con respecto a las últimas temporadas. A diferencia de cursos anteriores, el equipo se ha hecho con el mando de los partidos a través de la posesión del balón. Y en este aspecto es primordial la experiencia de Juan Rodríguez, que sabe dar la pausa necesaria al juego cuando es preciso, y la calidad de Culio, que a sus 33 años es el alma de este equipo. Ante el Girona completó su partido más completo y el más regular. Se vació a lo largo de los noventa minutos con una exhibición de fuerza y entrega que contagió a sus compañeros.

La asignatura pendiente sigue siendo la falta de gol. Vázquez probó el domingo con Brandon en lugar de Óscar Díaz y, aunque el mallorquín ofrece una mayor movilidad a la hora del desmarque, su efectividad fue nula. Desperdició un mano a mano con Bono que quedó en el olvido por el autogol de Longo.