El Mallorca afronta el domingo en el Iberostar a partir de las 20 horas una auténtica prueba de fuego. Además de buscar la primera victoria, el objetivo es finiquitar el tema, ya obsesivo, de la falta de gol. Ante el Girona tendrá una oportunidad única, a priori, de aumentar su capítulo goleador, que de momento se reduce únicamente a una diana, la que marcó Óscar Díaz en el Ramón de Carranza y que sirvió para sumar uno de los dos puntos que ha logrado el equipo.

El conjunto catalán, que en las dos últimas temporadas se ha quedado a un paso del ascenso a Primera, llega a Palma con el dudoso honor de ser el equipo más goleado en este inicio de campeonato, con nueves goles, algo más de dos por partido, un dato demoledor que refleja la fragilidad de la defensa catalana. Por contra, pasa por ser el equipo más goleador, con diez dianas, por lo que la defensa mallorquinista tendrá que emplearse a fondo para mantener la portería a cero.

Es innegable que la excepcional solidez defensiva que el Girona había mostrado con Pablo Machín a lo largo de estas últimas temporadas, de repente ha desaparecido. Se ha esfumado, como por arte de magia. Los hay que lo justifican en la marcha de dos pilares como el portero Isaac Becerra y el central Florian Lejeune; otros reclaman paciencia porque la Liga acaba de empezar. Pero lo cierto es que durante la última etapa de los gerundenses en Segunda nunca se habían encajado tantos goles tras las primeras cuatro jornadas. Entre Bono y René, los dos porteros, han tenido que recoger el balón del fondo de su portería en nueve ocasiones.

El vestuario, sobre todo tras el 3-3 con el Almería, ya ha entonado el mea culpa. Los jugadores admiten que detrás hay un problema y que es urgente resolverlo. Kiko Olivas confiesa que si se quiere estar arriba toca trabajar mucho y mejorar, y no ocultó que no le extrañaría que pueda haber cambios en defensa en el campo del Mallorca.

Por contra, el equipo ha sido capaz de marcar diez goles cuando precisamente era una de las asignaturas pendientes de los últimos años. Pero chirría comprobar que detrás hay algo que no funciona. Sólo hay que compararlo con los dos últimos años. La pasada temporada se encajaron cuatro goles en los cuatro primeros partidos, aunque el rendimiento era peor (4 puntos por los 5 actuales). Un curso atrás, tan sólo 2 en contra y 10 puntos en el zurrón.

Los jugadores son conscientes del problema, como admite Olivas: "Nos marcan demasiados goles y eso es clave para explicar cómo estamos ahora mismo. Es un punto bastante importante que tenemos que corregir porque si queremos estar arriba es imprescindible aguantar el cero y encajar el mínimo. Se ha demostrado cada dos por tres", valora el andaluz, quien sin embargo hace un llamamiento a la calma. "Son demasiados goles en contra en sólo cuatro jornadas, pero no hay que alarmarse, sino trabajar más para mejorar".

Si la temporada pasada el equipo era "más sólido", este año las cosas han cambiado. "Nos creaban muy pocas ocasiones y tampoco nos hacían muchos goles. Esta temporada, no sé por qué es diferente y nos hacen goles fácilmente. Debemos poner un punto más para que no nos pase", advierte Olivas, quien entiende que Machín pueda hacer algún retoque en defensa. "La competencia en el equipo es muy grande. Son cosas del entrenador y yo no sirvo para esto, pero es evidente que cualquier día puede entrar otro compañero en el equipo y hacerlo tan bien como el que jugaba".

En el Mallorca, todo apunta a que Vázquez insistirá con los mismos hombres que cayeron en Vallecas, con Óscar Díaz como hombre más adelantado y Dalmau en la recámara. El objetivo, de una vez por todas, marcar, ganar y acabar con el debate de la falta de gol.