En condiciones normales, una visita al estadio de Vallecas pasa por ser una de las más complicadas que le esperan a cualquier equipo en Segunda. La que realiza el Mallorca este mediodía lo sigue siendo. Pero posiblemente un equipo no encontrará mejor momento que hoy para enfrentarse a un Rayo Vallecano colista y en estado de convulsión por los problemas que se han producido esta semana y que fueron desvelados el pasado viernes.

En Vallecas se ha hablado más en las últimas horas del enfrentamiento de su entrenador José Ramón Sandoval con su jugador Miku, al que llegó a coger de la pechera en una discusión, y de su disputa dialéctica con el capitán Trashorras, al que acusó de ser uno de los causantes del descenso, que del partido que enfrentará al equipo con el Mallorca. Si a todo este rifi-rafe se añade que el equipo ocupa la última plaza, con un mísero punto, el explosivo cóctel está servido.

Sin embargo, en el Mallorca no se fían. Una situación como la que se encontrarán los hombres de Vázquez, siempre es un arma de doble filo. O se medirán a un rival en horas bajas por sus problemas de vestuario y anímicos por la clasificación, o a un contrincante herido en su orgullo que le convierte en doblemente peligroso por la indudable calidad de su plantilla.

Vázquez recibió ayer por la mañana, horas antes de emprender viaje a Madrid, la buena noticia de la recuperación de uno de sus intocables, Juan Domínguez, renqueante toda la semana. Si viaja, se supone que es porque está en condiciones de jugar. Quien no lo hará será Company. El de Maria de la Salut acabó con problemas físicos el partido de Copa del pasado miércoles ante el Reus y no se ha recuperado a tiempo. Será el segundo partido consecutivo que se pierda en Liga después de no jugar ante el Oviedo tras la doble amarilla que vio en el Ramón de Carranza en la segunda jornada. Su puesto lo ocupará Campabadal, que buscará asentarse en la titularidad después de empezar en el banquillo en el debut liguero ante el Reus.

Por lo demás, y si Domínguez está para jugar, el equipo puede ser el mismo que empató el pasado domingo ante el Oviedo y que tan buena impresión causara pese a que no se lograra la tan ansiada primera victoria. Y a pesar de que en el entrenamiento matinal de ayer, Vázquez probó con Ansotegi por Raíllo en el centro de la defensa.

El entrenador del Mallorca, que el viernes definió el partido de hoy como "de alto voltaje", fue claro al comentar el estado de ansiedad de sus jugadores por la tardanza en llegar el primer triunfo: "Necesitamos ganar", admitió Vázquez, que ha visto cómo el buen juego desplegado por su equipo en Cádiz y ante el Oviedo en Palma no se ha traducido en victorias, en sumar de tres en tres. Hoy parece un buen día para que así sea. Con permiso del Rayo.