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Liga 123

Las tarjetas se pagan caras

Cada amarilla y roja le saldrá muy costosa al Mallorca después de que la Federación haya doblado la cuantía de las multas

El árbitro amonesta a Culio durante el Mallorca-Reus del sábado.

El partido contra el Reus le salió caro al Mallorca. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha doblado para esta temporada las multas a pagar por los clubes por cada tarjeta que ven los futbolistas durante los partidos. La cuantía varía en función del color.

La sanción económica por cada amonestación ha pasado de 90 euros la pasada temporada a doscientos este curso en Segunda División. Un incremento de más del doble. En Primera División las multas han pasado de 180 euros a 400, una subida de 220 euros.

Las expulsiones también se pagan caras. Si la pasada campaña un club debía abonar a la RFEF 200 euros por la expulsión de uno de sus futbolistas, este curso la sanción es de 500, más del doble. En la máxima categoría el incremento es todavía más notable, pasando de 350 a 800 euros.

Estos precios están reflejados en una propuesta de modificación del artículo 52 del Código Disciplinario de la RFEF que entró en vigor a la primera jornada de la actual competición y que fue aprobada recientemente por la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes (CSD).

A cambio de subir las tarifas por cada tarjeta, la Española ha concedido a los clubes mayor libertad para que esas multas recaigan en los propios futbolistas. El Mallorca, de momento, seguirá desembolsando las sanciones en lugar de repercutir el gasto en el bolsillo de sus jugadores.

Con los nuevos baremos, el encuentro del pasado sábado contra el Reus le costó a la entidad balear 900 euros: 500 por la rigurosa expulsión de Moutinho y 400 por las dos amonestaciones a Raíllo y a Culio. Ligeramente superior será la multa que deberá pagar el Reus: 500 euros por la roja a Miguel García y otros 600 por las amonestaciones a López Garay, Juan Alberto y Ramón Folch. En total 1.100 euros.

El colegiado Ais Reig sacó un total de diez tarjetas amarillas -las expulsiones de Moutinho y Miguel García fueron fruto de una doble amonestación- en un partido casi de guante blanco, lo que sorprendió en Son Moix.

El Mallorca jugó casi veinte minutos con superioridad numérica, pero no aprovechó la circunstancia para desequilibrar el marcador y acabó pagando su falta de reflejos con la derrota.

Por otro lado, el conjunto de Fernando Vázquez regresó ayer a los entrenamientos para preparar el partido del próximo domingo contra el Cádiz en el Ramón de Carranza.

El duelo llega precedido por un ambiente enrarecido después de que el Mallorca cayera ante el modesto Reus. El Cádiz espera registrar un lleno en su feudo para celebrar el primer partido en casa en Segunda División después de pasar seis temporadas en Segunda B. La presión de la grada significará una dificultad añadida para los hombres de Fernando Vázquez.

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