El calamitoso estreno del Real Mallorca en Liga, saldado con derrota ante el modesto Reus, no variará los planes de la dirección deportiva, que da por cerrada la plantilla. El conjunto bermellón evidenció un buen puñado de carencias en su puesta de largo, pero tanto Javi Recio como Maheta Molango descartan novedades en el capítulo de altas y bajas.

El consejero delegado dio por cerrada la plantilla horas antes del debut, expresando su satisfacción por el grupo formado a lo largo de la pretemporada. La derrota contra el Reus dejó muchas expresiones de preocupación en la planta noble, pero no está sobre la mesa variar la política de fichajes hasta enero, cuando se abra el mercado de invierno.

El sábado se estrenaron con la camiseta bermellona en partido oficial Juan Rodríguez, Culio, Juan Domínguez, Antonio Raíllo, Roberto Santamaría y Dejan Lekic. Casi ninguno de ellos mereció el aprobado en un partido en el que todo el equipo mereció un suspenso generalizado.

En el club se considera que hay que dar más tiempo a un proyecto que acaba de echar a andar, y que pese al inesperado tropiezo todavía no hay ningún motivo para la alarma.

Fernando Vázquez ha podido trabajar con el grueso de los futbolistas casi desde el primer día de la pretemporada, algo insólito en un Mallorca en el que en los últimos años muchos fichajes se han cerrado apurando el cierre del mercado. Así que esta vez el vestuario no ha podido esgrimir el pretexto de la falta de adaptación de los recién llegados.

El mercado cierra el día 30, pero el Mallorca dio por cerrada la plantilla con las incorporaciones de Lekic y Adrià Dalmau, confirmadas con pocas horas de diferencia hace menos de dos semanas. Si no hay cambios de criterio de última hora, no se cerrarán más fichajes hasta que abra el mercado de invierno.

Tampoco es previsible que salgan más futbolistas de una primera plantilla que de momento es ajena a los seísmos que está sufriendo el filial. Tobias y Coro, despedidos en julio, cerraron la puerta de salida.

El Mallorca se mide el domingo a un Cádiz que quiere celebrar con una victoria en el Ramón Carranza su regreso a Segunda División. Una nueva derrota bermellona escocería mucho en la entidad balear, que sin embargo seguiría sin plantearse cambios en la plantilla.

En todo caso, el club espera que el conjunto de Vázquez alcance pronto velocidad de crucero y se instale en la parte alta de la clasificación para que no se repita la misma historia de los últimos años.