Faltaban veinticinco minutos para las nueve de la noche cuando la expedición del Mallorca llegó al Hampshire Hotel Fitland de Sittard (Holanda), un establecimiento de cuatro estrellas, aunque parece de cinco, que se convertirá en el cuartel general de los bermellones en su estancia en los Países Bajos. En ese momento la temperatura ya no superaba los veinte grados, para alegría de la expedición, que deseaba como agua de mayo cenar y tumbarse en la cama de sus respectivas habitaciones. Era el final de un día muy largo para los veinticinco convocados para realizar la concentración de pretemporada y el resto del cuerpo técnico, médico y empleados, un grupo comandado por el embajador del club, Iván Campo y el técnico Fernando Vazquez.
Hacía más doce horas que habían iniciado su entrenamiento en el Iberostar Estadio antes de emprender viaje hacia la tierra de los tulipanes. Desde Son Moix se dirigieron hacia Son Sant Joan, donde a las 12:30 horas emprendieron el vuelo a Madrid, que le serviría de escala para llegar a Bruselas (Bélgica) a las 15:15 horas. Sin embargo, el retraso en la entrega del material de trabajo provocó el tedio entre los expedicionarios ya que salieron mucho más tarde para cubrir en autocar los 120 kilómetros que les separaban de Sittard. Las caras de cansancio habían sucedido a los juegos de cartas, música y videojuegos. Ya no había consuelo para tanta espera.
El Mallorca se aloja en un lujoso hotel a las afueras de esta pequeña ciudad, de apenas 37.000 habitantes y que se ubica en el sur del país, a doscientos kilómetros de Ámsterdam y muy cercana a las fronteras de Bélgica y Alemania. El establecimiento está integrado en el estadio del Fortuna Sittard, que milita en la Eerste Divisie -Segunda holandesa- y que tiene capacidad para 12.500 espectadores. Ahí es donde trabajará Vázquez con sus pupilos en un moderno complejo que alberga un centro de fitness y piscinas, tanto interiores como exteriores, para poder realizar los ejercicios, así como también pistas de atletismo, baloncesto y hasta un rocódromo, entre otros. De hecho, las habitaciones tienen vistas al propio terreno de juego y están adornadas con fotografías relacionadas con el fútbol.
Por delante quedan diez días de intenso trabajo y cuatro amistosos que deben empezar a ponerle cara y ojos al proyecto que lidera Vázquez. Por la mañana se ejercitarán suavemente sobre el césped, aunque sin cargarse demasiado de cara al duelo de la tarde ante el Sint-Truiden belga. El miércoles 27 se medirán al Roda holandés a partir de las 19:30 horas, mientras que el sábado 30 el rival será el Willem II, a las 14:30 horas. La estancia en Holanda se cerrará el 31 frente al De Graafschap a las 18 horas.
Este 'stage' debe servir para que la plantilla vaya asumiendo las exigencias tácticas de Vázquez. A falta de la llegada del deseado delantero de referencia, el gallego dispone de la plantilla al completo para trabajar, a excepción del lesionado Joan Oriol, que se está recuperando del pubis en la isla. El puesto de lateral izquierdo será cubierto por Alberto López, que llega del Málaga dispuesto a quedarse en el primer equipo pero que tiene ficha del filial, así como también del polivalente Biel Company, que ya ha actuado en ese puesto en encuentros oficiales, así como también del canterano internacional sub-19 Joan Sastre.
No obstante, las miradas estarán puestas en los fichados Santamaría, Ansotegui, Raíllo, Juan Rodríguez, Juan Domínguez y Culio, más los que ya estaban el pasado curso, que deben integrarse lo antes posible en una dinámica que debe servir para empezar con buen pie la temporada. Las excusas se minimizan para el de Castrofeito, que dispone de la mayoría del plantel desde el pasado 11 de julio. Los que tienen que ganarse permanecer con los mayores son el meta Jaume Valens, el central Antoine, los centrocampistas Fernando Cano y Álex Serrano y el punta Cedric. Vázquez les ha abierto las puertas. Ellos deben impedir que se cierren.
