Con un calor de justicia (34 grados) arrancó a temprana hora (9 de la mañana) la primera sesión de trabajo de un Mallorca B todavía por cerrar. Aislados del gentío que venía a observar las evoluciones del primer equipo justo al otro lado de la Ciutat Esportiva, se palpaba la sensación de que faltaba alguien sobre el campo 3 de son Bibiloni'. Y ese no era otro que el primer técnico del equipo de formación, Javier Olaizola. Todavía ingresado en observación en un centro hospitalario de Palma debido a un accidente automovilístico padecido el pasado sábado en Pòrtol (Marratxí), el donostiarra fue el gran ausente de una primera sesión que dirigió su ayudante, Julián Robles, que en todo momento estuvo escoltado por el preparador físico, Josep Moragues y el entrenador de porteros, Iván Campos.

Bryan Reina se ausentó, convocado por Perú a unas sesiones preparatorias para los Juegos Panamericanos. Sí que estuvo Kassim Adams, que entrenará con el filial rojillo mientras se resuelva su futuro. En la misma situación se encuentra el vilafranquer Tià Sastre, centrocampista que acabó cedido en el Hospitalet, y que tampoco sabe cuál será su futuro.

Todos ellos, con los ya fichados en pretemporada -los galos Antonie Letievant y Enzo Lombardo- así como los mallorquines Jaume Pol, Héctor Escrich y Pep Biel Mas- buscarán hacerse hueco en un segundo equipo en el que todavía faltan retoques por hacer. Los juveniles que realizan la pretemporada con el filial, Sánchez y Rodado, junto con el portero Pocoví y los defensas Vidal y Miquel Àngel Nadal, conforman la savia nueva que dé frescura al filial.