Molango y Recio no se cansaron de repetir en la presentación del segundo, el pasado sábado, que el objetivo en esta pretemporada es formar un equipo que sepa competir y que después ya se verá hasta dónde se puede aspirar. El fichaje de Juan Domínguez es, en principio, una buena noticia para el Mallorca, que ficha calidad para el centro del campo, aunque en el Deportivo no haya sido del gusto del entrenador, ya ex del Dépor, Víctor Sánchez del Amo. Habrá que ver lo que da de sí Raíllo, rechazado por el Espanyol. Su edad, 24 años, es su mejor aval.
A la espera de lo que vaya llegando en las próximas semanas, el club ha hecho una serie de movimientos algo sospechosos. Por ejemplo, la renovación de Cabrero. La prolongación de su contrato se puede llegar a entender solo si se ficha un portero de garantías. Cabrero, un excelente profesional, ha de ser una solución de emergencia, como lo ha sido esta temporada cuando Timon no ha podido jugar.
El caso de Truyols es otro tema que deja con la mosca tras la oreja. Vázquez le dijo al jugador que contaba con él, pero las palabras se las ha llevado el viento con la llegada del nuevo director deportivo, partidario de la salida del central mallorquín. Lo preocupante de esta situación es que el técnico siga confiando en un jugador cuyo rendimiento ha dejado mucho que desear y desista de realizar una profunda remodelación de la plantilla que ha estado a un paso de descender a Segunda B.
Del mismo modo se puede hablar de Pereira, un futbolista que hace tiempo que está amortizado. Su situación es extraña. De momento está fuera del club, pero que nadie descarte que continúe si se ve obligado a aceptar la oferta a la baja que le ha hecho Molango en el caso de que no encuentre equipo para la próxima temporada.
El club está en pleno proceso de formación de la plantilla para el próximo curso, pero haría bien en no repetir errores de la pasada y anteriores temporadas. La entidad no puede permitirse otro curso como el pasado a riesgo de que se le dé definitivamente la espalda.
