Juan Domínguez deshoja la margarita. El centrocampista del Deportivo de la Coruña, pretendido por el Real Mallorca para canalizar el juego ofensivo del equipo la próxima temporada, medita su futuro. El futbolista, un símbolo del Dépor en horas bajas, estudia alguna de las ofertas que tiene sobre la mesa, entre ellas una de la entidad balear.

"Es un jugador importantísimo a nivel deportivo y social, siempre está sumando. Pero le trasladamos que le conviene una salida para coger confianza, tener partidos y que vuelva a ser el jugador que consideramos que es. Si eso no se da, estaríamos encantados de que se quedara", admitió ayer el director deportivo del conjunto gallego, Richard Barral.

"Hay varios equipos interesados. En este momento tres o cuatro de la Segunda División española y de Primera División de fuera de España. Debe elegir cuál es mejor para él", añadió Barral.

El centrocampista, con contrato en vigor en el Dépor hasta 2018, tuvo muy pocos minutos la pasada temporada en el conjunto coruñés, hasta el punto de que el entonces técnico Víctor Sánchez del Amo le dejó frecuentemente fuera de las convocatorias.

"La categoría es importante, pero lo que miras siempre es progresar y tener continuidad en proyectos que te hagan mejorar para el futuro. En caso de buscar una salida eso es importante pero no es decisivo", declaró Domínguez hace unos días en referencia a la posibilidad de recalar en un equipo de Segunda. El Getafe de Juan Eduardo Esnáider también ha solicitado el préstamo del centrocampista.

El Mallorca ha pedido su cesión, como ya hizo el pasado mercado de invierno. Fernando Vázquez, que dirigió al centrocampista en el Dépor en el último ascenso de los gallegos, es el gran valedor de un jugador al que en La Coruña se acusa de indolencia.

Domínguez, criado en Abegondo, siempre ha destacado por sus dotes como organizador y su visión de juego, precisamente el perfil de futbolista que tanto echó de menos el Mallorca la pasada temporada.