Termina el curso para una plantilla que no será recordada por nada más que por la tortuosa temporada que ha brindado al sufrido mallorquinismo. Los futbolistas que debían terminar la temporada del Centenario celebrando un ascenso -o al menos pelearlo hasta el final- se han revelado como un grupo blando, incapaz de reaccionar y poco comprometido con la causa. Han sido muchos los partidos esta temporada en los que la intensidad ha brillado por su ausencia. Solo contra el Elche, en la antepenúltima jornada de Liga, los jugadores dieron "su cien por cien", tal como destacó Fernando Vázquez.

La peor parte se la han llevado los jugadores de ataque. Ni los que llegaron en verano, ni los que se unieron al proyecto en invierno, han dado la talla. Salvo la única excepción de Ortuño, los atacantes bermellones han sido una sombra de sí mismos durante buena parte de la temporada.

Es llamativo el caso de Bianchi, un delantero que llegó como figura y se marchó por la puerta de atrás, pero en la lista de decepciones también hay que escribir los nombres de Acuña, Coro, Colunga, Lago, Salomao u Óscar Díaz.

Ha sido, por lo general, un vestuario deslucido y muy poco competitivo que ha hecho fracasar a tres entrenadores. Albert Ferrer, Pepe Gálvez y Fernando Vázquez se han estrellado tratando de exprimir el rendimiento de los bermellones.

No hay apenas nada rescatable de una plantilla que tenía que dominar con autoridad una Segunda División que de nuevo ha puesto al Mallorca en su sitio. Quizás Brandon, que después de muchos meses de irrelevancia se destapó con dos goles que dieron la permanencia en la última jornada. O David Costas, hasta que se lesionó.

El del central gallego es uno de los pocos refuerzos firmados en verano que merecen un aplauso. Cedido del Celta, el vigués fue un referente del equipo hasta que las lesiones se cebaron con él. Timon, Aveldaño o Joan Oriol también han rendido, aunque en todos los casos sin destacar por nada en especial.

En el global de la temporada, la portería y la línea defensiva han tenido un comportamiento aceptable.

La cantera también se ha hecho un hueco destacado en la plantilla. Damià, Company y Brandon han sido importantes en diferentes momentos de la temporada, y prometen mejorar su rendimiento en el futuro. Salvo sorpresa, los tres continuarán en el equipo la próxima temporada.

Se prevé un verano muy movido en lo concerniente a altas y bajas. Son varios los jugadores que acaban contrato y no han renovado -Pereira fue el primero en adelantar que no seguirá en el Mallorca- y hay otro nutrido grupo de futbolistas que sí tienen contrato pero que no entran en los planes del próximo proyecto.

La plantilla debe sufrir una metamorfosis radical para no tener los mismos problemas el próximo curso.