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Segunda División

10 errores que no se pueden repetir

El Mallorca 2016/2017 necesita una profunda renovación respecto al de la presente temporada

10 errores que no se pueden repetir

­La temporada 2015 /2016 ya es historia afortunadamente para el Mallorca. Se evitó el desastre que hubiera supuesto el descenso, pero otro curso así no se puede repetir. Urge una renovación integral para no se vuelvan a producir los numerosos errores que se han cometido para afrontar la próxima campaña con mayores garantías. DIARIO de MALLORCA apunta algunos de los desaciertos que han marcado el esperpéntico curso de los bermellones, que siempre han estado en la parte baja de la clasificación y que lograron la permanencia en la agónica última jornada.

01

Contratar a un director deportivo cualificado que conozca el mercado de jugadores

Es una de las medidas más urgentes que debe tomar el club ya que la plantilla debe estar confeccionada lo antes posible para trabajar con mayores garantías. Miquel Àngel Nadal es una leyenda del fútbol mallorquín y del Mallorca, pero su labor como director deportivo ha sido mala, tal y como se reflejan los resultados en las dos últimas temporadas. Es necesario un cambio radical para no repetir los numerosos errores cometidos y tratar de sacar provecho de la solvencia económica que proporciona el grupo liderado por Robert Sarver. Debe llegar un secretario técnico con amplios conocimientos del mercado, sobre todo futbolistas aprovechables de Segunda División.

02

Los fichajes son tarea del director deportivo y el entrenador, y no del presidente o el consejero delegado

El pasado verano el entonces propietario, Utz Claassen, repitió en numerosas ocasiones que los fichajes se consensuaban con Nadal y Albert Ferrer, que iba a ser el entrenador. La realidad es que la llegada de Timon, Tobias, Carioca, Lima y Hugo Gomes, por ejemplo, tienen el sello del germano. Y de todos ellos solo el portero ha tenido protagonismo. El club ahora mismo se sostiene sobre Maheta Molango, pero aunque haya sido futbolista profesional, su cargo actual no tiene que ver con la dirección deportiva. "Yo estoy para firmar", ha dicho en más de una ocasión el consejero delegado. Está por ver si realmente es así porque si no llega un secretario técnico nuevo todo apunta a que, junto con Fernando Vázquez, no solo tomará decisiones en la viabilidad económica de los fichajes.

03

Conformar una plantilla compensada

Uno de los grandes errores de esta temporada ha sido la confección de una plantilla absolutamente descompensada que evidencia improvisación. Porque es imposible defender una buena planificación para un plantel que empezó la temporada con seis centrales -Costas, Aveldaño, Truyols, Tobias, Hugo Gomes y Kasim- y un solo lateral izquierdo, por ejemplo. Y en el mercado invernal dejaron marchar a Javi Ros, sin reforzar el centro del campo, por lo que en toda la segunda vuelta el Mallorca se ha tenido que conformar con solo Yuste, Sissoko y Damià. El propio Vázquez se quejó de este aspecto ya que apenas le dejaba variantes. En cambio, tenía hasta seis extremos -Arana, Pereira, Lago, Pol Roigé, Salomao y Brandon-, más James del filial, para alinear a solo dos, o uno, por partido.

04

Definir un modelo de juego

Fernando Vázquez ha explicado en más de una ocasión que quiere que su equipo esté preparado para afrontar diferentes situaciones dentro de un mismo partido, pero es imprescindible que tenga un estilo de juego definido. A lo largo de la temporada, sobre todo con Ferrer y el propio Vázquez, en muchos encuentros no se sabía a qué jugaban los bermellones, con la intención de tener el balón o esperar al rival y sorprender al contragolpe. Con Gálvez la propuesta era de juego combinativo, pero los resultados no le acompañaron con un triunfo en seis encuentros. El gallego tiene experiencia de sobra, pero tendrá que dar con la tecla. Muchas voces le han criticado su falta de ambición, aunque el preparador niega que sea así.

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Discurso moderado. Olvidarse de la Primera División

Es uno de los grandes errores de la pasada campaña que debe evitarse a toda costa. La campaña de captación de abonados ponía el listón muy alto con el lema ´I tu, puges´, que protagonizaba el técnico Albert Ferrer. En el discurso que se empiece a pronunciar desde hoy mismo desde el club debe imperar la moderación, evitando hablar del ascenso a Primera División como si fuera una obsesión. Es evidente que debe haber ambición, pero hay que tener claro que el Mallorca afronta su cuarta temporada consecutiva en Segunda División porque en las tres anteriores se han hecho mal las cosas. Hablar de subir aumenta la presión, pero no el rendimiento de los jugadores y, además, crea malestar entre los aficionados.

06

Fichar a líderes en el vestuario

Ha sido otro de los grandes problemas de esta temporada, sobre todo cuando se trataba de gestionar los momentos más delicados. Deben llegar algunos futbolistas con la personalidad suficiente como para convertirse en el líder del vestuario, tanto dentro como fuera del campo. Que sea un ejemplo para los más jóvenes y que les corrija en su comportamiento cuando haga falta. Una voz que cuando hable, el resto escuche. Esta temporada Aveldaño, que no hay que olvidar que es un cedido, y Yuste, han desempeñado ese papel, aunque quizá no reúnen el mejor perfil para ello. "Es un equipo mentalmente frágil", ha confesado más de una vez Maheta Molango. Precisamente esto es lo que tiene que evitar el consejero delegado del Mallorca.

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Recuperar el espíritu competitivo a domicilio

En muchas ocasiones el Mallorca ni ha competido, algo que se ha traducido en derrotas, sobre todo fuera de casa. El rendimiento como visitante, con solo tres victorias, y una imagen lamentable en muchas ocasiones, no se puede volver a repetir. Suele ser habitual presentar mejores guarismos como local, pero no puede haber tanta diferencia, en ningún caso. Los ´soldados´ a los que tanto apela Molango deben elevar sustancialmente su actitud. El club no se puede permitir el lujo de tener unos futbolistas que bajen los brazos cuando salen de la isla.

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Un presidente que no se esconda

Maheta Molango debe solucionar lo antes posible el asunto que afecta a la representación del club porque no puede ser que un presidente, y mucho más en el año del Centenario, esté desaparecido. Utz Claassen no aparece en ningún acto público desde el 5 de marzo, en el partido que se festejaban los cien años de vida del Mallorca. El alemán debe marcharse y que su sustituto sea alguien que, entre otras cosas, sea capaz de asumir el cargo, con todas las obligaciones que ello conlleva. Lo del presidente ausente debe quedarse como un error más de la temporada 2016/2017.

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Jugadores y empleados comprometidos

El ejemplo lo dieron claramente el sábado en Valladolid Company y Brandon, que demostraron un enorme compromiso con el escudo que lucían, con un excepcional rendimiento en un momento tan complicado. Está claro que no todos los jugadores de la plantilla tienen que ser canteranos, pero los que estén en el grupo no solo deben mirar por sí mismos. Por ejemplo, no puede ser que Oriol, indiscutible toda la temporada, muestre públicamente su enfado con el club por temas contractuales, justo cuando el Mallorca se juega la vida y luche por salir de la parte baja de la clasificación. Ni que el director deportivo, Miquel Àngel Nadal, vaya a ver el partido de tenis de su sobrino, por mucho que fuera la final del Godó, justo cuando el Mallorca perdía en Lugo. Son actitudes perfectamente evitables y que le hacen daño al club y que fomentan el malestar en el ambiente.

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Empezar bien la temporada

En las tres temporadas que lleva el Mallorca en Segunda División en esta última etapa siempre ha empezado mal, instalándose en la parte media-baja de la clasificación desde la primera jornada, sobre todo en la que ahora ha terminado. Es imprescindible, tal y como defiende Fernando Vázquez, que los bermellones inicien la competición con buenos resultados, para que la dinámica sea positiva y se coloque en la zona alta de la tabla. Eso transmitiría mucha más confianza al equipo y, por supuesto, a la afición, que ya está cansada de depresiones desde el descenso producido en 2013. Tradicionalmente los equipos que empiezan bien la campaña suelen terminar luchando por el ascenso a Primera División. Los nervios que aparecen cuando en las primeras jornadas las cosas salen mal son muy difíciles de apaciguar ya que provocan incertidumbre y enrarecen el ambiente. De ahí que sea clave evitarlos.

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