Fin de la agonía. El Real Mallorca finiquitó ayer una temporada tortuosa conquistando una permanencia que tuvo su dosis de suspense al principio del encuentro en el Nuevo Zorrilla, pero que se fue aclarando con el paso de los minutos. Nada inusual para un equipo que este curso ha vivido en una espiral de emociones fuertes.

El gran mérito del bloque de Fernando Vázquez fue recomponerse después del gol inicial de Villar y ser capaz de darle la vuelta al marcador para acabar conquistando una plácida victoria. Brandon, que regresó a la titularidad después de muchas semanas de suplencia, brindó la remontada a los seiscientos mallorquinistas presentes en Pucela con dos goles que noqueraon a los pucelanos. Pereira marcó el gol de la tranquilidad en la segunda mitad.

El Almería y la Ponferradina completaron la carambola de la permanencia. Los andaluces empataron en el El Arcángel y los leoneses perdieron en su Toralín ante el Girona, por lo que se precipitaron al pozo de la Segunda B.

Puso mucho de su parte el Valladolid en la fiesta mallorquinista, y rápidamente ahuyentó las sospechas de haber cobrado primas por ganar al grupo bermellón. Los pucelanos demostraron de principio a fin que no se jugaban nada. Solo después de adelantarse a los ocho minutos en el marcador pusieron algo de interés en el partido, espoleados por un Mallorca que en ese momento era un cadáver. Pero Brandon puso las cosas en su sitio y los hombres de Alberto no volvieron a comparecer.

Termina una lamentable campaña en la isla que obligará al club a acometer numerosos cambios de cara al próximo curso. Se supone que el de ayer fue el último partido con la camiseta rojilla de varios jugadores. Tampoco Vázquez ha salido bien parado después de dirigir al equipo en una lamentable segunda vuelta.

El Valladolid saltó al terreno de juego sin ninguna intensidad y con el único plan de tratar de aprovechar el error del Mallorca. Y vaya si lo hicieron. A los siete minutos Nikos proyectó un pase entre líneas que cogió desprevenida a toda la defensa bermellona. Juan Villar, que pasaba por allí, batió sin ninguna dificultad a Timon.

El gol derrumbó al bloque de Vázquez. Literalmente. El Mallorca quedó a merced de un Valladolid que tocó y perdonó. Roger no acertó a rematar por muy poco, e inmediatamente después Manu del Moral estuvo a punto de anotar tras una acción en la que hizo dos sombreros a la defensa rojilla.

Ortuño tenía el punto de mira desviado y entre los bermellones solo había alguien que parecía capaz de hacer daño: Biel Company. El lateral diestro, inesperado alborotador del Mallorca, avisó con un gran disparo que Varela desvió con la punta de los dedos. Poco después vio el desmarque de Brandon y le sirvió una precisa asistencia que acabó colándose por la escuadra de la portería blanquivioleta.

La conexión mallorquina dio vida al Mallorca, que regresó de entre los muertos. El conjunto de Vázquez se hizo dominador absoluto del partido y se sucedieron las ocasiones contra el marco de Varela. Otra vez lo intentó Company en un disparo con mucha intención. Y Yuste remató al palo. Fueron dos salvas que anticiparon el segundo tanto de Brandon. El canterano aprovechó una dejada de Sissoko para batir a Varela desde la frontal.

Para entonces el Valladolid era una verbena. El equipo de Alberto, más pendiente de las vacaciones que de jugar un partido de fútbol, se limitaba a rifar la pelota y tratar de cumplir con el expediente.

La segunda parte solo será recordada por el gol de Pereira. El francés protagonizó un buen control y disparó ajustado al poste de Varela. Ahí se acabó el partido. Solo quedaba estar pendientes de lo que sucedía en El Toralín y en El Arcángel y celebrar una permanencia de infarto.