Partido a partido, el portugués se ha confirmado como uno de los fichajes fallidos del mercado de invierno. Fernando Vázquez le conoce desde que ambos coincidieron en el Dépor, pero el portugués no ha dado argumentos para tener tanto protagonismo en este Mallorca que ayer dio un paso hacia la Segunda B. El extremo pone voluntad, pero salda casi todas las acciones que intenta con un notable desacierto. Contra el Córdoba sirvió varios balones al área, pero muy pocos con la necesaria precisión para inquietar a la zaga cordobesista.
El caso de Salomao es parejo al de Lago. Son futbolistas que pueden presumir de una cierta capacidad para desequilibrar, pero desde que llegaron al Mallorca han sido casi siempre intrascendentes. Más el portugués que el africano, que al menos ha tenido un par de buenos partidos.
