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Preferiría no hacerlo

A noventa minutos de un funeral

Incluso dando por hecho que estos jugadores mimados, sobreprotegidos y caprichosos ganarán a un Valladolid que no se juega nada, el Mallorca tiene pie y medio en Segunda B

Los futbolistas del Real Mallorca, que solo sacan el orgullo en la sala de prensa, lamentan que se dude de su profesionalidad. Habrá que dudar entonces de su calidad, oficio y personalidad para salvarse en una Segunda División que da vergüenza ajena. Descenderán, meterán prisa a sus representantes para que les busquen equipo y el mallorquinismo tendrá que digerir otro desastre, este mucho peor que aquel que hace tres años llevó al equipo a donde está ahora. Incluso dando por hecho que estos jugadores mimados, sobreprotegidos y caprichosos ganarán a un Valladolid que ya no se jugará nada, el Mallorca se ha situado a noventa minutos de un descenso dramático. Pero ahora tocan frases de autoayuda baratas y golpes de pecho.

Ridículo de vázquez

El Mallorca está en manos de la Ponferradina y el Almería, que se juegan la vida contra dos equipos que se juegan meterse en ´play-off´. Da igual. Depender de otros suele ser sinónimo de descenso, así que convendría ir preparando el funeral. No hace mucho Fernando Vázquez prometía un ascenso a Primera División el año que viene. El ridículo del técnico gallego es sideral, tanto en el campo de entrenamiento como cuando se pone delante de un micrófono. No debería sentarse en el banquillo la última jornada. Y por supuesto tampoco la próxima temporada.

La singularidad del madrid

Ganar la Champions solo está al alcance del mejor equipo de Europa, salvo que seas el Real Madrid. Ninguno como el club blanco para convertir una tortuosa temporada en un éxito. Parecía imposible recuperarse de tantas desgracias: el ridículo del frustrado fichaje de Sergio De Gea, la alineación indebida de Chéryshev que sacó al equipo de la Copa del Rey, las idas y venidas de Benzema al juzgado, la destitución de Rafa Benítez y, sobre todo, los delirios de un presidente que hace y deshace en la parcela deportiva como si jugara con una videoconsola. La final fue un tormento para los futbolistas y los espectadores. No podía ser de otra manera entre un Atlético aleccionado en la cultura del sufrimiento y un Madrid para el que el curso ha sido un martirio desde la primera jornada hasta el último minuto de la prórroga.

Doblete devaluado

Nadie esperaba la Undécima esta temporada, y menos un barcelonismo que acostumbara a alimentarse de las desgracias del Real Madrid antes que de los éxitos propios. La celebración por el doblete quedaba aplazada hasta conocer el desenlace de la final de Milán, así que la hinchada blaugrana despide el curso con el gesto torcido. Once Champions contra cinco. No hay consuelo ante una estadística tan demoledora.

Juegos clandestinos

Resulta que ayer finalizó la XX edición de los Juegos de las islas, una competición que al parecer este año se ha celebrado en Mallorca. Hay que explicar en qué consiste porque nadie lo ha hecho: jóvenes de entre 12 y 17 años, oriundos de 22 islas de todo el mundo, compitiendo en catorce disciplinas diferentes. La competición se ha celebrado en la más absoluta clandestinidad, pero eso no habrá impedido que más de uno haya cobrado unas buenas dietas.

Vuelve la oscuridad

Las lesiones siguen atormentando a un Rafel Nadal que lleva tiempo subido en una montaña rusa. Esta vez le han dado donde más duele, en un Roland Garros que afrontaba con buenas perspectivas y muy ilusionado por conquistar allí su décima corona. Será difícil que el mallorquín pueda estar a punto para Wimbledon. Su gran obsesión es recuperarse para Río, pero ni siquiera eso está garantizado.

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