­El Mallorca afronta la última jornada de Liga en descenso y con las estadísticas en contra. Las cartas están sobre la mesa y las cuentas son claras para firmar la permanencia: deben fallar la Ponferradina o el Almería, siempre y cuando los rojillos consigan la victoria en Valladolid. Aunque quizás un empate también podría servir para el milagro de la salvación.

Las probabilidades y las combinaciones ni siquiera son necesarias. No hace falta haber sacado una carrera de ciencias para comprender qué debe hacer la plantilla que dirige Fernando Vázquez para firmar la salvación. De hecho, las matemáticas básicas explican, de forma llana y simple, las condiciones para no bajar a Segunda División B.

La salvación matemática pasa por ganar en Valladolid. Si eso ocurre, basta que bien la Ponferradina -en casa ante el Girona-, bien el Almería -que visita al Córdoba- no ganen. Podrían empatar, porque no superarían al Mallorca en la clasificación.

Y si el Mallorca solo consigue igualar en Pucela, uno de sus dos rivales debe perder. En ese caso, a igualdad de puntos en la tabla, el Mallorca sale beneficiado en el golaverage directo tanto con la Ponferradina como con el Almería.

Al respecto, cabe destacar que tanto Girona como Córdoba, rivales de Ponferradina y Almería respectivamente, deben al menos empatar para asegurarse el play off de promoción y que, además, quedar mejor clasificado da ventaja en los cruces: jugar el partido de vuelta en casa y que en caso de empate en la eliminatoria da la clasificación a la siguiente ronda. En cuanto al Valladolid, ya no se juega nada en el último partido de Liga, solo la honra de los puntos y de no perder delante de su afición.