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Ortuño: cuando marcar no lo es todo

El delantero del Mallorca ofrece un recital de sacrificio, fuerza y personalidad en una sensacional actuación a la que solo le faltó el premio del gol

Ortuño es atendido por los servicios médicos del equipo durante el partido de ayer ante el Elche en Son Moix.

Alfredo Ortuño demostró ayer que un delantero no necesita marcar para cuajar una sensacional actuación. El murciano dio un recital de cómo jugar un encuentro de tanta trascendencia, de esos que provoca que las botas pesen mucho más, con una exhibición en todos los niveles. Es cierto que se quedó sin el premio del gol, que es lo que mejor sabe hacer, pero anoche reflejó su enorme personalidad. Entró mucho en juego, cayó a bandas, lideró contraataques y remató, aunque sin fortuna, ante una defensa del Elche que todavía debe estar soñando con él. Porque en la primera parte hizo mucho daño incluso saliendo desde la banda izquierda hacia la frontal, con cierto calidad a la hora de manejar el balón. No perdió ningún balón y lo protegió con maestría. Se aprovechó también de la buena primera parte de Lago Junior, que marcó el primer tanto de los bermellones, ya que ambos combinaron a conciencia. En la segunda mitad, como el Mallorca, bajó un poco el listón, pero se vació a la hora de presionar. Ese es justo lo que siempre le ha exigido Vázquez, que reclamaba desde enero que el cedido por el Las Palmas mostrara un mayor sacrificio en defensa. Ortuño llegó al Mallorca para marcar las diferencias y solucionar la grave crisis de puntería que padecía el equipo con Bianchi, Coro y Acuña. Acumula cuatro tantos, algunos de ellos decisivos, como el de hace dos jornadas ante el Tenerife, pero es que tampoco ha jugado todo lo que le hubiera gustado. Al punta le costó un mundo tener la confianza de un Vázquez que no le perdona ni una, quizá también porque sabe de las enormes condiciones que posee. De hecho, solo fue titular en uno de los seis primeros encuentros posibles desde su llegada en el mercado invernal.

Era el ´pichichi´ del Zaragoza, pero se desvinculó del conjunto maño después de que el técnico Lluís Carreras le comunicara que no encajaba en su estilo de juego. Era una antigua aspiración del Mallorca, que ha pretendido su contratación desde el verano de 2014. Había marcado siete tantos con los maños y todo apuntaba a que disfrutaría de muchos minutos como bermellón.

Pero tuvo que esperar hasta el duelo en Huesca para disfrutar de una titularidad que ya no ha dejado. La temporada del Mallorca es nefasta desde todos los puntos de vista y los refuerzos de enero no han dado el rendimiento esperado, pero no es el caso de un Ortuño que va a más, aunque no marque.

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