Por supuesto que empatar es mejor que perder, pero este punto es malo, o muy malo, por mucho que delante estuviera un Alavés que es el mejor visitante de la Liga Adelante y que aspira al ascenso. Por cierto, que este equipo sea uno de los dominadores del campeonato explica la mediocridad de la categoría. De ahí que sea todavía más doloroso asumir para el mallorquinismo la situación en la que vive si equipos como el vitoriano, que sabe a lo que juega, son los dominadores de Segunda. Los de Vázquez hicieron más méritos para vencer, eso seguro, pero a estas alturas de temporada solo sirve sumar de tres en tres. Este punto es de angustia porque los aficionados se fueron a casa con la mosca detrás de la oreja. De ahí que el partido del próximo domingo ante el Albacete tenga tintes dramáticos porque otro tropiezo sería catastrófico. Yuste demostró un buen nivel como central, pero la expulsión de Joan Oriol y la sanción de Damià le dejan pocas opciones a Vázquez, que deberá poner al murciano de pivote con Sissoko y Company, ayer sorprendentemente suplente, se ubicará en el lateral izquierdo. No queda otra. Es lo que tiene tener una plantilla mal diseñada y absolutamente descompensada. Por cierto, en el mercado invernal se ficharon a mil extremos para acabar jugándote la vida con Arana y Pereira, que ya estaban el año pasado. Y no cumplieron.
