Tres semanas se demoró Maheta Molango en tirar por tierra la rocambolesca idea de Claassen de girar 90 grados el terreno de juego de Son Moix. El presidente del Mallorca pretendía, en tiempo récord, suprimir las pistas y crear una grada a imagen y semejanza de la 'Die Gelbe Wand' ('Muro amarillo') del Borussia Dortmund, sin tener en cuenta las consencuencias de una decisión tan radical. Los interrogantes eran muchos, pero el principal, cómo se le explicaba al abonado de tribuna cubierta -el que más paga- que pasaría a ver los partidos detrás de una portería. Por lo que sí deben luchar los nuevos dirigentes es en la supresión de las pistas de atletismo, o lo que sean, un objetivo más racional y al alcance de la mano.
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Análisis