­La derrota del Huesca ante el Bilbao Athletic (1-2) ha cambiado la calificación del partido del Mallorca de esta tarde en Almería. Es una semifinal y no una final, como en principio parecía, porque si los bermellones pierden en el estadio de los Juegos Mediterráneos seguirán fuera de los puestos de descenso. Pero mejor tender hacia el optimismo porque, en el caso de triunfo, los andaluces quedarían a seis puntos más el golaverage, un sensacional colchón a estas alturas de curso. Por mucho que suene a tópico, es un partido de cuatro puntos, o más, porque inyectaría una buena dosis de confianza a los de Fernando Vázquez.

Saltar al campo sabiendo que no caerán en descenso debería traducirse en menos ansiedad en las botas de los isleños y más descaro, justo lo que reclamaba el técnico gallego en su comparecencia del viernes. Es cierto que incluso un punto tampoco sería malo, porque los andaluces se mantendrían a tres puntos y con el golaverage de color rojo porque en la primera vuelta en Son Moix el resultado fue de 1-0. Sin embargo, mejor no rebajar las exigencias que el Mallorca no está para ir regalando absolutamente nada.

Vázquez dejó fuera de la lista a Pol Roigé, Kasim, Coro y Óscar Díaz, que sale de una lesión, mientras que tampoco podrá contar con Timon Wellenreuther, concentrado con la selección alemana sub-21. Esto se traduce en que Cabrero regresará a la portería, mientras que presumiblemente el resto del once será el que empató ante el Mirandés en la anterior jornada, con la duda de si Salomao mantendrá su sitio o apostará por Pereira para uno de los puestos de ataque. En la defensa Company, Truyols, Aveldaño y Oriol seguirán, así como los tres pivotes, con Yuste, Damià y Sissoko, mientras que arriba, Lago Junior y Ortuño parecen fijos.

Por su parte, la presencia de Fran Vélez en el once inicial será la única variación que presente el Almería, con el exrojillo Ximo en sus filas, para este partido en el que una victoria le valdría para salir del descenso en el que ha estado ubicado desde la sexta jornada. La plantilla almeriense tiene previsto recibir el domingo horas antes del encuentro el apoyo de la afición con una quedada a las puertas del hotel del concentración para acompañarles hasta el estadio ante la importancia de la cita con el conjunto bermellón. Un ambiente hostil para un Mallorca que está ante una gran oportunidad para sacar la cabeza. Otra más.