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El equipo

El Mallorca se queda a medias

Los bermellones cierran la semana con cuatro puntos de nueve posibles, con la derrota ante el Llagostera, el triunfo en Huesca y el empate frente al Mirandés

Biel Company salta a por el balón con el delantero del Mirandés, Ion Vélez, durante el encuentro de ayer en Son Moix. Guillem Bosch

"Podría haber sido una semana espectacular", decía ayer Ortuño visiblemente resignado. No era para menos porque el Mallorca se ha quedado con las ganas de haber encarrilado la salvación en los tres partidos que ha jugado esta semana. Cuatro puntos de nueve posibles, cuando dos de ellos eran lejos del Iberostar Estadio no es un mal balance, pero tampoco es bueno. Sobre todo porque dos de los rivales eran directos en esta lucha para evitar el descenso. Eso sí, ahora mismo hace siete días los rojillos estaban en la quema, aunque con un choque menos que sus rivales, y hoy disfruta de un margen de tres puntos. El peor momento de esta semana precisamente llegó cuando empezaba. El Mallorca cuajaba una de sus peores actuaciones ante un Llagostera que está muy cerca de Segunda B. Los catalanes, que están abajo por méritos propios con una plantilla más que modesta, aplastaron a los de Fernando Vázquez, que negó que su equipo hubiera hecho el ridículo. Y todavía fueron peores las justificaciones del consejero delegado Maheta Molango, que intentó hacer creer al mallorquinismo lo que nadie había visto. "Hemos dado la cara", se atrevió a decir para asombro de muchos. El 3-0 fue de los que dolió de verdad por inesperado, pero también por las sensaciones que dejó. Sin embargo, la mini-concentración en la ciudad deportiva del Espanyol sirvió para algo. Porque en El Alcoraz, el pasado miércoles, la imagen del Mallorca fue sustancialmente mejor. Los bermellones cuajaron una sensacional primera mitad, en la que se adelantaron con dos goles de Sissoko y Joan Oriol. En la segunda el Huesca solo pudo recortar distancias en el descuento, tanto que provocó que el golaverage no fuera a favor de los baleares (1-2). Sin embargo, la mejor noticia es que los oscenses no se marcharon en la clasificación y que, aunque solo fuera por un tema anímico, el Mallorca salía del descenso.

El duelo de ayer ante el Mirandés era una perfecta oportunidad para poner todavía más tierra de por medio respecto a las posiciones de abajo. Sin embargo, los isleños están condenados a sufrir. El gol de Ortuño se las hacía prometer muy felices, pero un error defensivo, como ya se vieron en Palamós hace una semana, volvió a ser letal. Por eso, en Almería se disputará la enésima final.

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