­"Siento tristeza y decepción". Esas fueron las primeras palabras de un apesadumbrado Fernando Vázquez en la sala de prensa del Municipal de Palamós. Parecía no dar crédito a lo que había visto. “La idea no era perder 3-0, sino ganar el partido. Salimos bien la primera media hora, se vio al equipo con atrevimiento, con fuerza, pero cometimos errores de los que estábamos avisados, y así encajamos los dos primeros goles. El primero un pase detrás de la línea de cuatro. El error del segundo gol es de alevines. A partir de ahí, el esfuerzo que hicimos no fue suficiente”, fue la primera reflexión del gallego.

Dio a entender que faltó actitud en sus jugadores. Cuando se le preguntó si sus futbolistas habían fallado en este aspecto, fue claro: “Actitud es concentración, pues estoy descontento. Hay cosas que son difíciles de entrenar y los jugadores deben resolver los problemas con solvencia. Los goles fueron evitables”. “El equipo es frágil. No tiene la solvencia que debe tener. Ante rivales de arriba jugamos bien y ante rivales menos poderosos sufrimos en exceso. Cuando fallamos nos faltó capacidad de tomar decisiones”, comentó.

Tras dos meses en el cargo, Vázquez dice que sabe lo que se juega él y el equipo: “Soy consciente de dónde estoy y lo que tenemos que hacer. Una victoria en Huesca es posible que nos evite sufrir en las últimas jornadas, que es por lo que luchamos. Los jugadores son conscientes de que pueden bajar a Segunda B. Por ahí no viene el problema. Se extrañan de estar ahí, y es mucho menos llevadero que por ejemplo el Llagostera, que sabe por lo que lucha. No miro la clasificación, si estamos bien y competimos bien no debemos tener problemas”, concluyó Vázquez, que se fue con un semblante de máxima preocupación.