En el palco del Iberostar Estadio se han presenciado encuentros de Liga de Campeones, de la Copa de la UEFA, algunos internacionales de selecciones y, por supuesto, de Primera, aunque ayer parecía alguno de estos casos a tenor del aspecto que presentó. Se quedó pequeño para vestir sus mejores galas en una primera línea en la que, más allá de que estuvieran las autoridades como la presidenta del Govern, Francina Armengol, y el alcalde de Palma, José Hila, llamó la atención la presencia del propietario del club, Robert Sarver, y su esposa. Acompañado por el presidente Utz Claassen, el banquero estadounidense agradeció el generoso aplauso que le dedicó la afición cuando acudió a su asiento. Y posteriormente probó un sorbo de cava. Otros expresidentes, como Vicenç Grande o Miquel Vaquer, también ocuparon uno de los asientos.

Sarver anunció ayer su deseo de que el Mallorca juegue partidos de exhibición en Estados Unidos. Su objetivo, además de que los aficionados norteamericanos sigan al Mallorca, es el de establecer "vínculos con los seguidores de los Phoenix Suns". "La liga de 'soccer' (fútbol) es cada vez más popular y está creciendo de forma significativa, aunque todavía quede lejos del nivel que existe en Europa", señaló. El empresario vivió con emoción el encuentro, aunque guardó la compostura. El gran susto lo dio el presidente de la Hermandad de Alfonsinos, Paco Llabrés, que se desmayó, aunque fue atendido rápidamente por un médico. El consejero Steve Nash prefirió seguir el partido desde la grada junto a su prometida y el consejero delegado Maheta Molango.