El arreón de la segunda parte, motivado por el resultado al descanso de 0-2 por la merecida bronca del público, hizo que un Mallorca a las bravas salvara los muebles y un punto. Pero este sistema de juego épico es pan para hoy y hambre para mañana. Si hace una semana el juego en Soria era inadmisible, la primera parte de ayer fue insoportable. Y ya estamos en la jornada 26 y seguimos a un punto del descenso.
Afloran los nervios
Seguir las evoluciones del Real Mallorca en la grada de Son Moix me sirve para calibrar cómo está la afición. Y puedo asegurar que si antes estaban hartos de estar hartos, lo de ahora ya son algo más que nervios. Ayer presencié actitudes histéricas contra todo lo que se mueve, propio o ajeno, y además hubo trifulca en el palco. Cuidado con los ataques de nervios, que no son buena compañía, y menos en esta situación.
El calendario que viene
Según cálculos aproximados, el Mallorca debería ganar ocho partidos para evitar tener que depender de los demás. Y hasta la fecha solo ha ganado seis. Los próximos rivales son Huesca, Llagostera y Almería fuera, y Oviedo, Mirandés y Leganés en casa. Curioso, los rivales directos lejos de la isla. Y los más fuertes en Son Moix. ¿Mejor o peor? La clave no es esa; la clave será el propio Mallorca.
