Pocos personajes en la centenaria historia del club han pasado, con idas y venidas, hasta tres décadas en el Mallorca. Uno de ellos y, quizás, el más importante, es Mateu Alemany Font, que entró de la mano de Miquel Contestí a los 18 años, y lo dejó en 2010 con 47. Toda una vida en rojo de un directivo imprescindible. En su dilatada historia mallorquinista ha trabajado con presidentes como Contestí, Dalmau y Beltrán, y con entrenadores como Luis, Cúper, Manzano, Krauss, Kresic, Floro y un largo etcétera. Y, como presidente, ha vivido de primera mano el mayor éxito deportivo de la entidad, la Copa del Rey de 2003. Entre medias, Florentino Pérez intentó sin éxito llevárselo al Real Madrid, rechazando "la oferta" de su vida.

El 30 de agosto de 2000 es nombrado oficialmente presidente del Mallorca. Con el apoyo del Grupo Z y de su presidente, Antonio Asensio Pizarro, logra la cesión de Samuel Etoo, el mejor jugador en la historia del club, para ficharlo un año después por 1.200 millones de pesetas. En abril de 2001 sufre uno de sus golpes más duros, la muerte a los 53 años de Antonio Asensio a causa de un tumor cerebral. Como presidente, vive la mejor etapa del club con la clasificación para la Liga de Campeones al eliminar al Hajduk Split. Debuta con una victoria ante el Arsenal (1-0) el fatídico 11 de septiembre de 2001. El equipo acusó el esfuerzo de la Champions y no logró la permanencia hasta la última jornada ante el Valladolid, con Llompart y Bonet en el banquillo, en sustitución del destituido Sergio Kresic. La relación con el hijo de Antonio Asensio no era tan fluida y se queja de la falta de soluciones a los problemas económicos del club.

La Copa del Rey. En junio de 2003, un mes después del 1-5 en el Bernabéu, se llevó posiblemente su mayor alegría como presidente al conquistar la Copa del Rey en Elche. Tras conseguir el regreso de Luis en octubre de 2003 y el de Cúper un año después, deja el club el 8 de junio de 2005 para pasar el testigo a Vicenç Grande, como accionista y presidente. Parecía su salida definitiva. Pero no. El 15 de enero de 2009, tres años y medio después, regresa "para finalizar una época que la historia se encargará de juzgar", en lo que suponía una crítica a la gestión del empresario mallorquín. Su regreso fue breve, o eso parecía cuando vendió el club a Javier Martí Mingarro, una operación que salió rana ya que su sobrino, Javier Martí Asensio, pagó con fondos del club. En noviembre vuelve Alemany tras presentar una denuncia contra los anteriores gestores y el 18 de mayo de 2010, bajo su mandato, el club entra en concurso de acreedores, un paso imprescindible para la supervivencia de la entidad. El 28 de junio de ese año se fue definitivamente al vender a Serra Ferrer.