Fue el cuarto ascenso a Primera en la historia del Mallorca. Pero no fue uno más, sino uno de los más emocionantes, porque se produjo al límite del tiempo del último partido de la temporada. Fue en el estadio de Las Gaunas de Logroño, que aquel 18 de mayo de 1986 pasó a formar parte de la historia más brillante del club.

El campo estaba a reventar, y quien esto suscribe puede dar fe de ello, con 3.500 aficionados mallorquinistas en las gradas que no dejaron de animar y de sufrir. Porque el partido se las trajo. El que quisiera emoción, la tuvo a raudales.

El Mallorca llegaba a la última jornada dependiendo de sí mismo, un factor siempre a tener en cuenta y que, rara vez, desperdicia el equipo que lo tiene todo a favor. Y llegó a esta última jornada con los números a su favor por la inesperada derrota del Deportivo en Oviedo en la jornada anterior. A la última fecha llegaban cinco equipos con opciones: Sabadell, Mallorca, Elche, Castellón y Deportivo. Las cosas no pudieron empezar peor para el equipo de Serra Ferrer. Lotina, que luego hizo carrera como entrenador, abrió el marcado a los siete minutos de la segunda parte. Ya no valía especular. Había que ir a por la victoria si se quería lograr el objetivo. A falta de veinte minutos, Magdaleno, uno de los hombres clave de aquella temporada -marcó 21 goles-, empató de vaselina. Los últimos minutos fueron de infarto, con el Mallorca volcado sobre el Logroñés de Koldo Aguirre, extécnico del Mallorca. Hasta que, a cuatro minutos del final, Luis García marcó el gol del ascenso al rematar un centro de Puskitas desde la banda izquierda. Las banderas rojas se dejaron ver en las gradas de Las Gaunas. El ascenso parecía un hecho, entre otras cosas porque los locales no se jugaban nada a nivel de clasificación, aunque sí se sospechaba que jugaron primados por el resto de equipos implicados en la lucha por el ascenso.

Una temporada irregular. Al ascenso se llegó tras un año extraño. Benito Joanet fue destituido en la octava jornada, tras perder en el Lluís Sitjar ante el Deportivo por 1-2. Le sustituyó un joven Serra Ferrer (33 años), que debutó con una victoria en Oviedo (1-2). Tras perder en la quinta jornada de la segunda vuelta ante el Recreativo (2-3), el equipo, formado entre otros por Luis García, Mantilla, Bernal, Hassan Faddil y Orejuela, cogió una racha que le llevó al ascenso. El Mallorca subió junto al campeón Murcia y el Sabadell. Tras el pitido final del árbitro Sánchez Moreno se desató la locura en Las Gaunas, con Serra Ferrer levantado a hombros por una afición henchida de orgullo.