El mallorquinismo tiene motivos para ilusionarse, a pesar de que vaya quinto por la cola en la Liga Adelante, después de una jornada como la de ayer. Por fin se empezó a notar que Robert Sarver, Steve Nash y compañía han desembarcado en el club y que su brazo ejecutor, Maheta Molango, está concienciado de que queda mucho por hacer. Es como si este 27 de enero fuera la ruptura de una vez, de verdad, de la dramática etapa anterior que tanto daño ha hecho a este centenario club. Por fin el Mallorca empieza a infundir respeto con sus fichajes y no es protagonista por tantas y tantas esperpénticas circunstancias que le han rodeado desde hace ya demasiado años. Hace semanas leyeron en este periódico este titular: "Sarver quiere un ascenso exprés". Pues aquí lo tienen, porque el discurso humilde de Molango, que muchos aplaudimos, tenía que transformarse en ambición en los fichajes. Veremos cómo gestiona todo esto Vázquez, pero con la llegada de Lago Junior, Ortuño, Óscar Díaz y Salomao, más lo que ya hay y lo que todavía puede aterrizar, no parece que lo único que busquen sea la permanencia, por tarde que parezca. Otra cosa es que lo digan. De momento, esto tiene mejor pinta.
