Maheta Molango consideró que no debía rectificar su comportamiento en el palco el pasado domingo, cuando el presidente del Valladolid abandonó su asiento antes de que acabara el partido muy molesto por el recital de gritos, gestos y protestas que ofreció el consejero delegado.

Es más, Molango criticó que por culpa del protocolo su esposa no pudiera sentarse a su lado. "El palco es una parte más del Estadio. Yo vivo el fútbol así, no he venido aquí a tomarme un canapé. En todo caso hay que hablar de lo casposo que resulta que mi mujer se tuviera que sentar detrás de mí. ¿Por qué no se puede sentar a mi lado", se preguntó el hombre fuerte de Sarver en el club.