Inexperiencia. Así se explica la derrota de ayer del Mallorca, que no supo sacar rendimiento a su mejor juego y tampoco cerrar su portería. Cuando has podido marcar pero te has encontrado con la mala fortuna o tu pésimo acierto, es importante no dar la oportunidad al rival de que se lleve los puntos. Perder contra el Valladolid dejó asimismo la certeza de que al equipo le falta empaque, futbolistas que le den un punto más de competitividad a una plantilla que ahora mismo depende de la chavalería. Su columna central la forman veinteañeros -Timon, Costas, Damià y Brandon-, con un Héctor Yuste que juega mejor cuando está solo de mediocentro defensivo. El gran problema continúa arriba, en la delantera, ya que solo Corominas ha mostrado algo de puntería. Acuña volvió a saltar al campo ayer y su aportación volvió a ser estéril, y eso por no querer hacer más leña del árbol caído.
Dijo Molango al término del encuentro que estaba contento con el equipo, que había luchado y lo había intentado... solo le faltó recordar que el fútbo es así. Tiene razón en que el Mallorca mostró algo más que otros días, pero solo con eso no basta. Hay que saber competir, y en eso el equipo que dirige Pepe Gálvez no llega al mínimo. Los jóvenes son los buenos y los veteranos no aportan las ´perrerías´ necesarias para equilibrar un equipo que, además, no tiene a la fortuna de su lado.
