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Análisis

Borrón y cuenta nueva

A la afición siempre le ha sorprendido la facilidad con la que los futbolistas sobreviven en su propia realidad. Y el partido que vivió el Mallorca ayer en Córdoba fue un claro ejemplo: los jugadores saltaron al campo como si pasearan por es Born y Andone, Xisco Jiménez y compañía les obsequiaron con una goleada que se quedó corta para los méritos contraídos por los de José Luis Oltra.

Si Molango, el nuevo jefe del club, se cansó de anunciar en su presentación y en las entrevistas del día después que quería un equipo luchador, desde luego ayer se dio cuenta de que gladiadores, precisamente, no hay en la plantilla que a última hora de la noche del domingo todavía dirigía Pepe Gálvez.

Pinta mal el Mallorca. Más allá incluso de que los jugadores pongan todo y más sobre el campo. El equipo, tras cinco partidos decentes, ha vuelto a las andadas y a salir al césped despistado y sin saber competir. Y es cierto que tampoco suerte cuando la necesita, pero ya dijo Aragonés en su día que la suerte hay que ganársela. Y eso lo da el trabajo diario. Quizás también ha llegado la hora de exigir responsabilidades a quienes han construido el equipo. Pero, sobre todo, toca hacer borrón y cuenta nueva. Hay que mejorar la plantilla; soltar lastre y reforzarse. La Segunda División no perdona. Es un pozo... pero la Segunda B es un abismo.

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