El técnico no es el principal culpable de la profunda crisis deportiva por la que atraviesa el equipo, pero requiere de un golpe de timón que pasa por el relevo del entrenador. Los jugadores necesitan a una personalidad fuerte en el vestuario y empezar de cero.
¿La responsabilidad alcanza a la dirección deportiva?
Sin duda. El Mallorca ocupa plazas de descenso cuando está a punto de cerrar la primera vuelta, lo que pone de manifiesto la mala planificación del verano. Su máximo responsable, Miquel Àngel Nadal, debe asumir su parte de responsabilidad.
¿Qué posibilidades de mejora ofrece el mercado de invierno?
Pocas. Aunque el club tiene músculo económico, difícilmente convencerá a jugadores contrastados estando en descenso y sin más incentivos que la permanencia. De momento han caído Colunga y Pol Roigé, dos incorporaciones que no impresionan.
