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Análisis

Una final para Gálvez y los jugadores

Decía el pasado jueves el nuevo consejero delegado del Mallorca en la entrevista concedida a este diario que los jugadores deben afrontar cada partido como si fuera una final, como el último de la temporada, o de sus vidas. No dijo lo mismo del técnico, aunque para éste sí se presume el partido de esta tarde en Córdoba con una finalísima. Se hace difícil pensar que el bueno de Pepe Gálvez siga en el cargo si llega de tierras andaluzas con una nueva derrota. Las palabras de Molango respecto al técnico le dejan más en el alero que nunca. "Es una buena persona, es un activo de la casa, un buen profesional...". Todo alabanzas, pero ninguna ratificación, ninguna expresión que invite a pensar que el técnico tiene margen.

El grupo de Sarver llega con una hoja de ruta bien marcada. Y Gálvez se sentará en el banquillo mientras los resultados acompañen. La idea es que se vea un equipo con garra, que muerda, lo que no está exento de que a la vez se pueda jugar bien. Así piensa el nuevo hombre fuerte del club, para quien en la Segunda tiene mucho ganado el que más corre.

Mal lugar ha elegido el Mallorca para ganar su primer partido como visitante. Si no consigue la victoria ante el tercer clasificado completará toda una vuelta empatando o perdiendo fuera, todo un récord. El equipo se ha de olvidar del rival y pensar mentalizarse de que pueden ganar, de que la de hoy es su final.

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