Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El club

Otra propiedad contra Son Moix

Robert Sarver se debate entre una reforma integral del antipático estadio o construir uno nuevo

La tribuna sol de Son Moix, semivacía, durante un partido de Liga. g. bosch

Todos los propietarios que han pasado por el Real Mallorca en los últimos quince años han apostado por remodelar Son Moix. Y el grupo que capitanea Robert Sarver no es una excepción. El estadounidense planea una reforma integral del antipático estadio mallorquinista o construir uno nuevo. Sobre todo desde que pisó la instalación por primera vez la noche del lunes.

"El césped de mi jardín está en mejores condiciones", afirmó cuando vio el terreno de juego. Es una anécdota, pero refleja el disgusto que le causó Son Moix. Sarver tuvo claro de inmediato que la instalación es incompatible con lo que debería ser un estadio de fútbol moderno y funcional para el espectador.

El proyecto de los norteamericanos incluye asentar al Real Mallorca en Primera División y un plan para modernizar sus instalaciones. Son Bibiloni solo necesitará "un lavado de cara", en palabras del consejero delegado Maheta Molango. En cambio, acometerá cambios mucho más profundos en Son Moix, sin descartar que finalmente opte por construir uno nuevo.

"No es el estadio ideal", dijo Sarver diplomático, y aventuró "cambios a corto plazo". De momento se trata de "mejorar la experiencia" de presenciar partidos en el campo, según dijo Molango. La idea es atraer a más público y que se quede más tiempo en las instalaciones ofreciendo algo más que un partido de fútbol.

El proyecto de Utz Claassen de girar 180 grados el terreno de juego queda en suspenso. El accionista alemán tenía planeado empezar las obras para cambiar la orientación del estadio una vez finalizada la presente temporada en caso de tener los permisos municipales en regla.

Esta iniciativa formaba parte de un proyecto más ambicioso que implicaba reformar integralmente la infraestructura, eliminando las pistas de atletismo, acercar las gradas y tratar de rentabilizar Son Moix con restaurantes y locales comerciales.

A la nueva propiedad le corresponde estudiar ahora la viabilidad del proyecto de Claassen y decidir al respecto. En todo caso, no lo consideran un asunto urgente.

En cambio la Ciudad Deportiva sí sorprendió agradablemente a Sarver y a Molango. Se harán algunos cambios, pero los nuevos gestores consideran que es un buen sitio para hacer crecer la cantera y formar talento para el primer equipo.

Compartir el artículo

stats