En su primera comparecencia pública como consejero delegado del Real Mallorca dio la imagen de una persona pulcra, que mide al milímetro todo lo que dice para no meterse en un charco. Y que, pese a sus escasos 33 años, pero con la experencia de todo un veterano, calla más de lo que explica. Es Maheta Molango, nacido en la localidad suiza de Saint Imier, un pueblecito de apenas cinco mil habitantes.
Molango es un hombre de letras. Es abogado y experto en derecho deportivo, carrera que estudió mientras jugaba a fútbol con más o menos fortuna por diferentes equipos de Reino Unido y España, todos modestos, como el Brighton, Conquense, Villanueva del Pardillo o Unión Adarve. En el Brighton marcó el gol más rápido de su carrera, a los doce segundos de iniciado el partido contra el Reading. Fue un chispazo. El paso del tiempo le convenció de que su futuro no estaba en el fútbol -"fui un delantero sin gol", explica-, sino en la abogacía.
Aterriza en el Mallorca de la mano de Robert Sarver, de quien ayer hizo de traductor en su primer encuentro con los medios informativos. Tan en su salsa se encontraba Molango que, en más de una ocasión, su jefe tuvo que avisarle de que le tradujera alguna de las preguntas que le formulaban, en un gesto que denota que el nuevo accionista mayoritario no quiere perder detalle.
El nuevo consejero delegado, que domina cinco idiomas, es el nuevo hombre fuerte de la entidad. Llevará el día a día del club. Por eso se traslada a Palma de forma definitiva. "Venimos para quedarnos mucho tiempo", dijo a los trabajadores del club.
Más hermético se mostró cuando se le preguntó por el futuro de Miquel Àngel Nadal y de Pepe Gálvez. Del primero recurrió al tópico: "Es una institución del club", y del segundo se limitó a decir que es el entrenador del primer equipo pero sin garantizar su futuro más inmediato. Solo él sabe si tiene la decisión tomada, pero es partidario de respetar los tiempos y no adelantarse a los acontecimientos.
Sabe que no dispone de ninguna varita mágica, que todo depende de que la pelota entre. Por eso exclamó que no llegan para hacer promesas. "No escucharéis promesas de mí", dijo Molango, que recién salido del Atlético de Madrid, donde ha trabajado en la asesoría jurídica del club del Manzanares, se apunta a la teoría de Simeone: "Ir partido a partido".
Amigo de los exmallorquinistas Marcelino Elena y Constantin Galca, ahora entrenador del Espanyol, personas que le conocen le definen como "un chaval muy capaz, con una energía y frescura envidiable. Es un buen fichaje para el Mallorca", apuntan.
A partir de ahora, más que en Sarver, la cara visible del nuevo proyecto, todas las miradas estarán puestas en este joven abogado que califica a las personas que han llegado al club junto a él de "gente honesta y trabajadora, y muy comprometida". Desde su nuevo despacho en Son Moix intentará marcar los goles que no pudo en su etapa de futbolista. Necesitará mucha suerte.
