Robert Sarver ya sabe lo que es sufrir con el Real Mallorca. El norteamericano, dueño de los Phoenix Suns y muy posiblemente propietario del club a partir de mañana, irrumpió por sorpresa en el palco del Martínez Valero de Elche de la mano de Utz Claassen. Sarver sufrió porque 'su' equipo rescató un angustioso empate en un partido que se jugó muchos minutos en las dos áreas pero que los alicantinos acabaron asediando la portería de Timon.
Sergio León adelantó al Elche en la primera parte y Armando, en propia puerta, dio el empate a los rojillos justo cuando mejor estaban jugando. Pero ayer la atención se dividía entre lo que sucedía en el terreno de juego y el personaje que miraba estoico el partido junto a Claassen.
Aunque el alemán todavía tiene que dar muchas explicaciones, se adivina un nuevo ciclo en el Real Mallorca y otro proyecto, esta vez sustentado con capital estadounidense.
El Mallorca tiró de voluntad en los primeros minutos, lo que le valió para merodear por el área de Javi Jiménez con cierto peligro. Pereira remató a las manos del guardameta local después de un buen control. Y Brandon inquietaba al conjunto de Rubén Baraja con su verticalidad, pero a la hora de la verdad todas sus intentonas acababan en las botas de los zagueros ilicitanos.
Pero ya es una tradición que el rival vea portería en la primera ocasión clara que tiene. Espinosa vio el desmarque de Sergio León, metió un precioso pase aéreo y al delantero ilicitano le bastó un toque suave para superar la salida de Timon y enviar la pelota a la portería. Campabadal fue el último en tocar en un desesperado intento por evitar que el esférico cruzara la línea de gol.
El grupo de Pepe Gálvez, todo voluntad en los primeros compases del partido, se deshilachó. A los bermellones apenas les llegaba para correr detrás de la pelota y arriba solo Brandon encontraba algo de motivación para intentar alguna diablura. No es que el Elche fuera una apisonadora, pero tenía el encuentro donde quería Baraja.
Los futbolistas del Mallorca parecían haber perdido todo el interés por el encuentro. Contemplativo, el equipo de Gálvez esperaba a que el árbitro señalara el camino de los vestuarios. Y entonces apareció Moutinho, que cerró el primer acto con una genialidad. Superó a un zaguero local con un autopase, pero le faltó un centímetro para embocar a portería.
El panorama cambió sustancialmente en la segunda mitad. Con toda seguridad, los futbolistas estaban advertidos de la presencia de Sarver en el palco. Y afrontaron el encuentro con un nuevo brío para gustar al que presumiblemente será su nuevo jefe. Más aún a las puertas de un mercado de invierno que se presume muy movido.
Costas falló uno de esos goles que jamás se deben fallar. Fofo puso el esférico en la cabeza del central gallego, que remató al cuerpo de Javi Jiménez. Brandon no llegó al rechace por los pelos.
El Mallorca asumió el mando y, lo que es más importante, se sucedieron las apariciones del canterano. Sin embargo, el portero ilicitano se interpuso en dos remates suyos que iban a gol.
El Mallorca encontró premio a su insistencia, aunque contó con la ayuda del Elche. Damià ejecutó un saque de esquina y Armando marcó en propia puerta cuando intentaba despejar el balón.
El Elche estaba noqueado y el grupo de Gálvez rozó el K.O. en la siguiente acción. Brandon dejó una pelota muerta en el área y Coro remató. Pero Jiménez sacó una pierna increíble para desviar el tiro.
Los locales resucitaron y el partido se rompió, con los dos equipos lanzados a por la victoria. Y la tuvo Mandi con dos disparos consecutivos. Uno rozó el poste izquierdo de Timón y el otro se estrelló en el larguero.
El Elche se lanzó a por la victoria y consumió los últimos minutos sitiando el área de Timon. Hubo algún aviso del Mallorca, pero el duelo acabó en tablas y con los bermellones sin conocer la victoria a domicilio.
