Para muchos el proyecto deportivo de Bartolomé Beltrán era una ruina y el 27 de enero de 1.996 tuvieron la confirmación. Habían transcurrido siete minutos del partido que enfrentaba al Mallorca y al Lleida cuando la base del poste derecho de una de las porterías cedió. Emilio Isierte, guardameta del conjunto catalán, perdió el equilibrio cuando intentó atajar un disparo de Morales, se enredó en la red y el poste se desancló del suelo.

El partido tuvo que ser interrumpido por espacio de una hora mientras varios operarios intentaban arreglar el estropicio. El incidente, insólito, fue noticia en todos los telediarios y motivo de burla contra una propiedad que había empezado con mal pie.

Beltrán se desesperaba en el palco y pedía una solución urgente para evitar que el bochorno fuera a más. Hasta que alguien ordenó a varios empleados del club dirigirse al campo del Miquel Nadal a buscar una portería de repuesto. La escena dio para muchas bromas: los operarios cargando con los tres palos descendiendo a pie por la calle Martí Mora y precedidos de un coche de la Policía Local.

El esperpento adquirió proporciones gigantescas cuando ya en el Lluís Sitjar el colegiado dictaminó que la nueva portería no era reglamentaria. El sofoco de Beltrán era inenarrable. El presidente y cara visible del proyecto estaba en el ojo del huracán. El partido, que acabó con un insulso 0-0, suponía el debut en el banquillo de Víctor Muñoz, el tercer técnico de la temporada después de Irulegui y Mané. Y solo se habían disputado 22 jornadas. El plan era ascender por la vía rápida, pero el equipo era decimoquinto. Después de aquel duelo hubo una reacción y el Mallorca terminó el curso disputando el ´play-off´ por el ascenso ante Rayo Vallecano.

Emilio Isierte volvió a cruzarse en el camino del Mallorca años después, cuando formaba parte del cuerpo técnico de José Luis Oltra ejerciendo como preparador de porteros. "Recuerdo que aquella tarde estuvimos una hora dentro del vestuario para volver a jugar hasta que se arregló la portería. Soporté la clásica broma de los compañeros de si me la había cargado yo. Mi técnico era Txetxu Rojo y los dos equipos luchábamos por el ascenso", evocó para DIARIO de MALLORCA en julio de 2013, durante una pretemporada en Holanda.