El Real Mallorca recela del segundo mejor visitante de la categoría, un Girona que saca petróleo lejos de Montilivi. Tres victorias como visitante convierten al conjunto de Pablo Machín en un obstáculo considerable para los bermellones antes de cerrar este anodino 2015.

Los catalanes han sumado once puntos en ocho partidos a domicilio, los mismos que Mirandés y Zaragoza. Solo el Alavés ha sacado más rentabilidad de sus salidas, en las que ha recolectado doce puntos. Real Oviedo y Huesca cuentan con trece puntos como visitantes, pero con un partido más.

El Girona ha asaltado El Sadar (0-1), el Carlos Tartiere (1-2) y San Mamés (0-1), lo que da una idea más o menos clara de la complicación del próximo rival mallorquinista. Siete goles a favor y otros siete en contra completan la estadística del grupo de Machín lejos de Montilivi. El problema es que en casa dilapidan toda la renta que consiguen dentro. Los catalanes solo han sumado siete puntos como locales, y encadenan dos derrotas consecutivas, la última ante el Elche. Una mala estadística que ha hundido al Girona hasta la decimoctava plaza -solo una por encima del Real Mallorca- y ha puesto en el disparadero al técnico Pablo Machín. Sin embargo el club catalán ha asegurado que no habrá destitución aunque caiga derrotado en Palma.

El conjunto de Pepe Gálvez recela de un rival que, pese a sus urgencias clasificatorias, es el tercer equipo de la categoría que más remata contra la portería rival. El Girona, como el Mallorca, vive frustrado por no ser capaz de materializar las ocasiones que tiene durante los partidos.

El Girona se obliga a sacar algún provecho de su visita a Son Moix para finiquitar un 2015 en el que el conjunto catalán saboreó el ascenso directo a Primera División, hasta que un gol del Lugo en la prórroga en el último partido le condenó a un 'play-off' para el que no estaba preparado anímicamente.

También el Real Mallorca necesita con urgencia oxígeno en forma de un triunfo para terminar bien el año. Los hombres de Gálvez tratarán de hacer valer la fortaleza que demuestran habitualmente en Son Moix.

El club confía en acertar en los refuerzos invernales e imprimir un salto de calidad a la plantilla que saque al equipo del descenso y le acerque a posiciones de 'play-off'. La perspectiva de pelear por el ascenso es muy lejana, y las escasas opciones que quedan pasan por superar al Girona.