Algunos dicen que es la mejor segunda parte de la historia del Mallorca, pero lo que es seguro es que el 3 de mayo de 2003 se escribió una de las páginas más gloriosas de estos cien años de vida. Los bermellones, que poco después celebrarían el título de la Copa del Rey en Elche, humillaron en el Bernabéu al Real Madrid, entonces denominado equipo galáctico por la gran cantidad de estrellas fichadas por Florentino Pérez. Aquel 1-5, inolvidable para los mallorquinistas que tienen edad para recordarlo, fue una auténtica proeza. Ya no solo por el imponente escenario, sino por la plantilla que dirigía el técnico de los blancos Vicente del Bosque. Porque los de Gregorio Manzano ridiculizaron a un equipo, que finalmente acabó conquistando el título de Liga, que formó aquella calurosa noche con: Casillas, Míchel Salgado, Hierro, Iván Helguera, Roberto Carlos, Makelele, Guti (Morientes, min.65), Zidane, McManaman (Solari, min. 52), Figo y Ronaldo Nazario (Portillo, min. 72).

Héroes. Los catorce futbolistas que podrán presumir toda su vida de aquella gesta son los siguientes: Leo Franco, Cortés (Campano, min. 80), Niño, Lussenhoff, Poli, Marcos, Ibagaza, Ávaro Novo, Riera, Pandiani (Biagini, min. 85) y Etoo (Carlos, min. 90). Y eso que el encuentro empezó de la peor manera. Ronaldo, tras una buena acción de McManaman, adelantó a los merengues a los nueve minutos. Y pudo haber marcado alguno más, pero el Mallorca, que finalizó noveno en aquella Liga, empezó a demostrar su personalidad liderado por un Etoo tan motivado como indomable. Todo sucedió en unos mágica segunda mitad. Entre el minuto 48 y 51 ya le habían dado la vuelta al marcador. El primer tanto lo marcó Pandiani, que remachó un balón que venía centrado desde la banda por Novo. El segundo llevó la firma de un joven Riera, que se aprovechó de una gran contra de Etoo. Pero quizá el gol que más perdura en la retina de los aficionados es el tercero. El camerunés dejó sentado en un solo palmo por velocidad y talento a Roberto Carlos y superó la desesperada salida de Casilllas. Aquella acción mereció una ovación del Bernabéu, resignado ante lo que estaba viendo.

Colofón. Pero todavía quedaban más alegrías. El propio Roberto Carlos, el mejor lateral izquierdo del mundo, marcó en propia puerta el cuarto del Mallorca tras un pase de Novo, mientras que el quinto lo marcó Carlos Domínguez tras un soberbio pase de Ibagaza. Ver para creer (1-5). "Es un resultado histórico, no somos conscientes de lo que hemos hecho", dijo aquella noche Leo Franco. "Hay que escribir con letras de oro lo conseguido esta noche", destacó eufórico el entonces presidente Mateu Alemany. "Es un día muy feliz para el Real Mallorca y nuestra afición", aseguró Manzano. Y tanto. Es una goleada para siempre.