En la centenaria historia del Mallorca ha habido muchos personajes clave, pero pocos tan decisivos como Miquel Contestí Cardell, el presidente milagro. En la temporada 78-79 cogió un club en ruinas, y no es una frase hecha. El 30 de agosto de 1978 aterrizó en una entidad que, por carecer, carecía hasta de jugadores. Solo cinco figuraban en nómina: Pou, Calero, Pep Jaume, Alzamora y Llaneras. Un club endeudado, que no pagaba la luz y con acreedores por todos lados.

Una ayuda clave. Contestí, que ya formó parte de la directiva de José Barona en la temporada 66-67, se apoyó en el por entonces presidente de la Federación Española, el catalán Pablo Porta. El máximo mandatario mallorquinista tenía que poner solución a la astronómica deuda que se encontró, noventa mil euros, quince millones de pesetas de la época. Necesitaba líquido para arrancar su proyecto. Porta se desplazó a Palma y el fruto de la reunión fue un préstamo de 80.000 euros a devolver en diez años sin intereses. Un gesto que, sin exagerar, evitó la desaparición del club. Contestí había logrado su primer gran triunfo. Ese dinero sirvió para empezar la Liga, en Tercera División, pero la ayuda se realizó con la condición de contar únicamente con profesionales solo si era en calidad de cedidos. Esa primera temporada de Contestí al frente del Mallorca fue de transición, quedando el equipo en una mediocre decimotercera posición. Pero se pusieron las bases para que el proyecto cobrara forma.

El primer ascenso. En la temporada siguiente Contestí vivió su primera gran alegría con el ascenso a Segunda. Tras seis años en Tercera, el Mallorca logró el ascenso en una dura pugna con el Poblense, al que superó por dos puntos. Antonio Oviedo era el entrenador de un equipo que fue recitado de memoria por los aficionados que lo siguieron por toda la isla y que consiguió la friolera de diecisiete victorias consecutivas.

Tras varias temporadas en la categoría de plata, el Mallorca de Contestí consiguió el ansiado ascenso a Primera División. Fue en la temporada 82-83, cuando el equipo subió en el Bernabéu pese a perder ante el Castilla de Butragueño, Michel y compañía. El Rayo, que no se jugaba nada, se impuso contra pronóstico al Deportivo en Riazor, y dejó sin ascenso a los gallegos. A la temporada siguiente vivió Contestí su primer gran disgusto al descender a Segunda. Koldo Aguirre primero y Marcel Domingo después no pudieron evitar el descenso a los infiernos. Tres victorias en toda la temporada es el mejor resumen de un año para olvidar. Dos temporadas después, de la mano de Serra Ferrer, se logró el ascenso en Las Gaunas, y dos después se volvió a perder la categoría, ante el Oviedo en la promoción. Un nuevo ascenso ante el Espanyol fue el último en la etapa Contestí, que dejó el club cuando los clubes se transformaron en sociedades anónimas. "Ahora se verá cuántos mallorquinistas hay", fue la sentencia de un presidente de primera.