Damià Sabater ha ganado una importante cuota de protagonismo con la llegada de Pepe Gálvez al banquillo bermellón y el canterano le está devolviendo la confianza con creces. Hubo un Mallorca animoso con Damià sobre el terreno de juego y otro mucho más rutinario sin él, desde que el técnico decidió sustituirle por Sissoko en el minuto 51 para ganar músculo.
El centrocampista, bien acompañado por Yuste y Javi Ros, marcó el ritmo del conjunto bermellón repartiendo el esférico con criterio y presionando cuando lo tenía el Tenerife. El Mallorca tenía el encuentro bajo control y completó una primera parte sin demasiados sobresaltos. Su salida de escena iniciada la segunda parte redujo prestaciones al equipo, que cedió el control y facilitó la remontada del Tenerife.