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Análisis

El primer partido redondo

Sacar conclusiones después de un único encuentro para alabar o criticar las bondades de un técnico es una temeridad, o un ejercicio de precipitación, pero este Mallorca es otra cosa. El equipo de Pepe Gálvez ganó al Albacete jugando bien y alimentando las expectativas de que puede ir a más. Todavía es pronto para dar por definitivas algunas decisiones respecto a la etapa de Ferrer, pero los bermellones jugaron su primer partido redondo de la temporada. Compitieron a buen nivel del primer minuto al noventa, con algunas fases mejores que otras, cierto, pero nada que ver con el equipo bipolar de antaño. La presión arriba, con las líneas mucho más adelantadas, y un centro del campo que imprime una mayor velocidad a la circulación del balón pueden ser algunas de las señas de identidad con Gálvez en el banquillo, que ya anuncia más valentía en otros escenarios. Eso sí, tampoco hay que engañarse porque el regreso de Brandon ayuda a cambiar sustancialmente el panorama ofensivo. El de Cala d´Or es imprescindible en el once y, si la autoestima de Bianchi se eleva tras el gol de ayer, el grave problema de puntería puede ser menor. Hay que fichar sí o sí en enero, pero encuentros como el de ayer dan mucho aire. El técnico se está ganando una prórroga al inadmisible ultimátum público que le dio Claassen. Es lo que tiene sumar victorias.

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