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La crónica

Gálvez aprueba con nota su primer examen

El Mallorca se reencuentra con la victoria cinco partidos después en el estreno del nuevo entrenador - Bianchi, de penalti, y Brandon rubrican elprimer triunfo rojillo por más de un gol - El sustituto de Ferrer efectúa un lavado de cara, con un fútbol más directo y con la portería entre ceja y ceja

La jugada le ha salido bien, al menos de momento, a Utz Claassen. En contra de la opinión de muchas de las personas que le rodean, el presidente decidió el pasado lunes prescindir de Chapi Ferrer y darle una oportunidad a Pepe Gálvez. Y, con el mallorquín en el banquillo, se vio otro Mallorca. Más ofensivo, más incisivo y llegando con más claridad al área rival. Se notó en el resultado -por primera vez el equipo gana por más de un gol- y en la grada, que se lo pasó más que bien en un partido muy entretenido.

Gálvez ha aprobado con nota el primero de sus tres exámenes, que han de dictaminar si se le da la oportunidad de seguir al frente del equipo. De momento, el lavado de cara es considerable y abre unas perspectivas más optimistas que hace solo una semana.

Sorprendió el nuevo entrenador con la presencia de Damià, un jugador que le encanta, por el hasta ahora insustituible Sissoko. Y la alineación de Brandon junto a Bianchi. Consecuencia: el italiano entró más en juego ayer que en la mayoría de los partidos anteriores. Todo ello aderezado con una defensa adelantada y presión alta. El problema es que el Albacete, un equipo que la sabe tocar, respondió con la misma moneda. Sampedro, técnico de los manchegos, un amante de las jugadas de estrategia, atacaba hasta con seis hombres la portería de ayer un inseguro Timon, muy nervioso con el balón en los pies y que puso en más de un apuro a sus compañeros. Se ve que el grave error cometido en Mendizorroza ha hecho mella en el joven guardameta.

El Mallorca fue a por la victoria desde el primer minuto. Y lo hizo de forma constante. Hacía mucho tiempo que el equipo no era tan regular desde el primer hasta el último minuto. Por norma, tanto con Ferrer como con los anteriores inquilinos del banquillo de Son Moix, se tiraban las primeras partes con un juego pausado, monocorde y sin chispa alguna. Ayer no. Los futbolistas afrontaron el duelo con garra, con decisión. Una imagen segundos antes del partido fue esclarecedora de lo que se podía llegar a ver: todo el equipo en círculo en el centro del campo, conjurándose para obtener una victoria vital.

El resultado fue que Juan Carlos, portero mallorquín, fue protagonista destacado del partido. Espléndido toda la tarde, tuvo toda la culpa de que el Albacete no se fuera al descanso con algún gol en el zurrón. A los 26 minutos se lució con un paradón a tiro de Brandon y dos minutos después a remate de Bianchi. El Albacete tuvo solo una, pero muy clara. Un mano a mano entre Portu y Timon que desbarató Oriol de manera providencial enviando a córner cuando el manchego se disponía a marcar el primer gol del partido. Fue la única ocasión del Albacete, que llegó mucho pero sin peligro ante un Timon al que no se le recuerda ninguna parada de mérito.

A los cinco minutos de la segunda parte llegó la jugada clave, con el penalti sobre Moutinho. Es de esos que se pueden pitar, pero tampoco supone un escándalo que no se haga. Lo chutó Bianchi alto y esquinado, haciendo inútil la buena estirada de Juan Carlos, el mejor de su equipo. El Albacete estiró líneas, pero el Mallorca estaba muy bien puesto sobre el terreno de juego. A veinte minutos del final llegó el segundo, obra de Brandon, el más destacado del partido, que aprovechó un buen centro de Campabadal. Se recreó demasiado porque empujó el balón casi sobre la misma línea de gol cuando pudo haberlo hecho antes. En cualquier caso, gol, el segundo. El equipo no ganaba por más de un gol desde abril, que ya ha llovido.

Gálvez reforzó el centro del campo con Tià Sastre, que entró por Pereira, y con Fofo, que salió del ostracismo al que le han sometido Claassen y Ferrer, por Moutinho. Sastre tuvo en sus botas el tercer gol en el último minuto en un contragolpe de manual de los rojillos. El nuevo técnico empezó de la mejor manera, con un fútbol más directo, pleno de intensidad y con la portería contraria entre ceja y ceja. Un notable alto para empezar. No está nada mal. Que siga.

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