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Análisis

Los jugadores deben dar un paso al frente

Aentrenador nuevo, victoria segura. Este principio futbolístico ha sido elevado a dogma por aficionados y, también, por los directivos de turno. Lo cierto es que se suele producir, pero no lo es menos que ocurre cuando se da un cambio casi radical en el cambio de entrenador. Más difícil es cuando quien toma el mando era el segundo del que se fue. Veremos si Pepe Gálvez, acostumbrado a romper con algunas teorías y estadísticas durante su carrera, mantiene esta tradición.

Es el turno de los futbolistas. Lo dejó entrever ayer Joan Oriol, que sin señalar apuntó a sus compañeros -y se supone que a él mismo- cuando reconoció que no ve al equipo entre los seis de arriba. Y también exigió incorporaciones que eleven el nivel del grupo. El defensa es valiente, porque esto es apuntar arriba. Hacia la dirección deportiva, en este caso.

Hay mucho que cambiar. Apuntó el central Pulido, del Albacete, que el Mallorca no jugaba a nada. "Pelotazos a Bianchi y poco más", dijo. Lo cierto es que ni eso. El equipo del Chapi Ferrer solo tenía un plan, evitar agujeros y esperar a que la suerte se aliara a su favor. No se generaban movimientos para intentar sorprender al rival, con balón y sin él, ni jugadas para ganar superioridad en las bandas y ni siquiera acciones de estrategia que dieran miedo a los rivales. Con un juego plano, lento, era un chollo para el rival. Y además, entrando a los partidos despistado.

Bastante trabajo va a tener Pepe Gálvez en los próximos diez días para cambiar la actitud de unos jugadores que no creían en lo que hacían y que ahora se quedan solos en la diana de los aficionados. Ya no está el Chapi y no siempre tendrán la culpa Nadal o Claassen. Los profesionales deben dar un paso al frente y arriesgar y tomar decisiones en el campo.

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